Atrapada en una isla ➵ j.jk ➵ k.th

11. Ups.

Te quiero a ti

Esas palabras provocaron una explosión indiscutible dentro de mi, pero a la vez me dejó sin habla. Quiero que esto sea más allá de una noche tal como él.

— Kook —tomé aire tratando de calmar mis nervios —te necesito y no solo hoy.

Sus ojos oscuros se iluminaron quedando en ellos un brillo que enternecía mi ser, sus labios entreabiertos ahora formaban una linda sonrisa y sus ojos analizaban mi rostro buscando una pizca de gracia como si lo que dije no fuese real. Finalmente se rindió y decidió acercarse, haciendo chocar nuestras narices creando un roce entre ellas.

— Créeme, Chae, que te necesito aún más de lo que tú a mi.

Sin darme tiempo para contestar me beso de nuevo con lentitud, saboreando cada centímetro de mi boca, besándome con tanta delicadeza que mi estómago daba vueltas de los nervios y felicidad que sentía. Mis pulmones de a poco se agotaban pero no quería alejarme, me sentía protegida, querida, y así quiero seguir sintiéndome.

Bajé las manos de Jungkook a mi cintura, dándole un apretón sobre ellas dándole a entender que podía seguir lo que comenzó hace un rato. Apretó mi cintura acercándome más a él, con mis piernas a sus lados, conmigo sentada sobre sus muslos. Sus besos comenzaron a hacer un camino, de mis labios bajando por mi cuello hasta mi clavícula provocando pequeños gemidos de mi parte.

— Jungkook. —gemí levemente.

De un momento a otro me giró acostándome en la cama, posicionándose él sobre mi. Las yemas de sus dedos sobre mi cuerpo se sentía bien.

— Nunca me cansaré de decirte lo hermosa que eres. —su mano acarició mi cintura. — Por favor, Chae, no dejemos que esto se arruine-

El sonido de la puerta intentando quitar el seguro nos interrumpió. Quité a Jungkook de encima, quedando él sentado sobre mi, rápidamente reaccionó e irguió. Por otro lado estaba yo, quien el shock dejó hecha piedra, Kook tomó mi mano antes de que abrieran y me tiró hacia el gran armario que tenía en mi habitación con fuerza haciendo que soltara un pequeño chillido.

— Lo siento, Chae. —se disculpó en un susurro.

— No debería haber nadie, pasa. —se oyó una voz masculina decir. Me asomo para ver mejor y veo a un chico con una chica en brazos. — Le compré la llave a un chico rubio amigo del dueño. —rió. ¿Jimin? le vendió la llave, mi llave.

— Aish, Hoseok, solo quiero dormir, mi cabeza da muchas vueltas. —se quejó la chica sentándose en mi cama.

— Pero, Cariño, sabes que no nos pueden ver juntos afuera, este es nuestro momento. —me asomé y vi como la sombra del chico le tomaba la mejilla con ternura.

Me acerqué al oído de Jungkook quien igual prestaba atención a nuestra interrupción.

— Kook, podrías llamar a Jimin, por favor —le supliqué, Jimin es quien más sabe de nosotros y quien vendió MI llave.

Imaginen, en un mundo paralelo, que nunca me hubiera dignado a bajar, que estuviera durmiendo como bebé y llega una escena así mientras yo duermo, sería terrible.

Vi como tomó su celular y lo mensajeó con spams hasta que el rubio contestó que ya iba. Esperando nuestro "rescate" solamente pensaba en cómo siempre llegan a interrumpir nuestros momentos, será el destino o el mundo está confabulado contra mi.

— Chicos. —gritó Jimin del otro lado de la pieza— hubo un problema, si quieren les devuelvo el dinero. —idiota, obviamente debes devolverles el dinero.— pero necesito que salgan.