Atrapada en una isla ➵ j.jk ➵ k.th

18. Enemistades.

Me quedé envuelta en la escena, todo fue tan rápido, tanto miedo mezclado con felicidad que ahora me sentía con la mirada pérdida. Pude haber muerto, fui salvada en menos de un minuto, pero en menos de un minuto casi acabó todo para mi.

Me tomaban de los hombros sacudiéndome sin cesar, aún así mi mente estaba en otra, nunca había experimentado algo así, hasta que sentí una presión en mis labios. Fue suave, cálido acompañado con un olor dulce y varonil. Abrí mis ojos sorprendida encontrándome a un pelinegro a pocos centímetros de mi rostro.

— Bien, tenemos que irnos ya. —Jimin tiró la pistola al piso y tomó sus cosas.

— ¿Estás bien? —me preguntó Jungkook tomándome del mentón para verificar. La manera en que me analizaba me enternecía, pero quité su mano.

— Si. Estoy bien, gracias. —sonreí.— Jimin. —llamé captando la atención del rubio quien hizo un ademán con la cabeza para que continuara.— Dejemos de ir caminando hacia Blue City, tu mismo lo dijiste, no hay escapatoria.

— Chae, no ahora. —se acercó a mi y me susurró.— No lo saben aún.

— Deben saberlo. —Kook nos miraba más que confundidos y Tae trataba con todas sus fuerzas verse indiferente, pero su atención estaba fija en nosotros.— Tenemos que subir hasta llegar a la cima.

— ¿Subir? —asentí insegura. No llevaba mucho planeando ese plan, pero al menos teníamos uno.— Solo llegaríamos al concejo...

— Caminemos lo que caminemos tendremos que seguir en círculos hasta que no quede más de la isla. —argumenté.— Vamos, chicos, en tan solo unos minutos estaremos en grave peligro.

El rubio sentía que se le desgastaba la mente de tanto pensar en que hacer, que era correcto y que no; Kook mantenía el ceño fruncido mientras miraba a quien pronunciase una sílaba; Tae estaba de brazos cruzados mordiendo su pulgar nervioso. La atmósfera era pesada, no solo por el polvo de la ciudad, no solo por el tema que estaba siendo conversado, sino porque todo eso sucedía contra el tiempo.

— Bien, Min, comprendo, pero deberías saber que allá arriba está ubicado el famoso concejo que hace mi padre y lo más probable es que por ser su hijo rebelde estoy siendo buscado. No sera fácil. —murmuró Jimin.

— Nunca dije que lo sería, pero debemos irnos ya, por favor. Literalmente no perdemos nada intentándolo. —el chico pareció pensárselo hasta que cedió con la cabeza.

— Ve a buscar tus cosas. —observó a su alrededor y luego se alarmó.— ¿Y MinSu? ¿Dónde está? —¿en serio se acaba de dar cuenta?

— Yo la vi camino por aquí, iré a avisar a mis hermanos y vuelvo, adelántense un poco. —le hice un ademán con la mano a TaeHyung para que me acompañara, pero Jungkook fue más rápido en tomar mi muñeca y retenerme.— Estamos a menos de 10 minutos de una catástrofe, por favor, Kook.

— Esto es muy confuso para mi. —tu rostro me dijo eso hace mucho tiempo, cariño.

— En cuanto vuelva me dices y te explico, pero debes dejarme ir. —soltó de manera débil y lento. Mi cuerpo fue alejado fuertemente por TaeHyung quien me obligó a correr por los chicos.

— No son momentos, Chae. —recriminó sin mirarme.

— Lo sé. —suspiré.

Corrimos de vuelta al escombro donde habíamos dejado por última vez a los chicos.

— Nam. —le llamé en un susurro en el lugar donde se habían escondido.— Debemos irnos. —tan pronto dije eso un gigante apareció detrás de un escombro distinto dándome un susto de la vida.