Capítulo II

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Capítulo II

Un día me encuentro aburrido y recostado en mi cama, mientras voy pensando una inmensidad de cosas irrelevantes llega a mi mente el recuerdo de Eva, casi siempre que he tenido experiencia con chicas ha sido porque ellas han tomado la iniciativa y que ella también lo haya hecho no la hace especial, pero mientras es lo más cercano a una posible relación que tengo decido escribirle.

Veo que publica una imagen de ella con una blusa blanca muy hermosa, la blusa tiene dibujadas muchas pizzas pequeñas, eso hace que me llegue a la mente un mensaje muy pícaro, el cual dice:

-En verdad no sé si comerme la pizza que tiene dibujada la blusa o la chica que la tiene puesta.

Sí, lo sé, es muy mensaje muy atrevido para una chica que no conozco, pero algo me dice que yo le gusto y que ella recibirá de buena manera mi mensaje, lo cual fue así, porque ella me contesta con muchos mensajes de risas y emoticones sorprendidos, le digo que perdone el atrevimiento, pero es que no se disfrazar mis emociones y sentimientos, solamente ella me dice que no importa y que eso es bueno.

Sin darnos cuenta entablamos una conversación muy amena, parecía como si tuviéramos meses conociéndonos, entre esas conversaciones ella me comenta que está conmigo en una clase de la universidad y yo nunca me di cuenta, luego que me lo dice es cuando me percato de que sí, compartimos una misma clase, y, además, tiene 20 años igual que yo. Jamás me había fijado de su existencia hasta el día de hoy, me comenta que nunca tomó la iniciativa de hablarme porque pensaba que yo era homosexual, algo que me pasa muy seguido debido a mi atuendo y mi forma de ser, también porque nunca sintió la valentía de poder hacerlo, hasta que aprovechó el día de mi cumpleaños y la excusa de felicitarme para acercarse a mí.

Así fueron pasando las horas y los días, ella se estaba convirtiendo en la mujer que siempre había buscado, tiene la misma edad que yo, estudia mi misma carrera universitaria e incluso en el amor tiene la misma historia: está cansada de juegos, traiciones y ser la última opción de todo el mundo. Me había contado que vive sola y que es de un pueblo bastante lejano, lo cual me sorprende mucho porque de ser así en verdad tiene muchos deseos de estudiar. Siempre me tenía pendiente, me respondía a velocidades extraordinarias y a pesar de que yo todos los días llegaba a las 11:00PM de estudiar y ella se dormía temprano, siempre me esperaba, se mantenía despierta esperando mi mensaje.

Pensé que ella me escribía por el hecho de que se sentía sola, vacía o porque sentía la necesidad de hablar con alguien, incluso pensé que ella hacía eso con más chicos solo por diversión o promiscuidad, pero como no la conozco lo suficiente para saberlo no sería prudente sacar ese tipo de conclusiones sin una base concreta.

Luego de unos días hablando ella me cuenta que me había comprado un regalo de cumpleaños, yo no supe como contestarle porque no me lo esperaba y mi cumpleaños hace días que había pasado, solo le dije que muchas gracias y que no tenía por qué hacerlo, luego decidimos que ella me lo daría al finalizar el próximo día de clases.

Llega el día tan esperado, esa mañana me levanté con más ánimos que nunca, el sol brillaba en su máximo esplendor y mis energías por ir a la Universidad me brotaban a flor de piel. Tenía una sonrisa radiante y toda mi aura expulsaba felicidad.

Llegué más temprano que nunca a clases y mientras subía las escaleras solamente sentía el latir de mi corazón. Cada célula, fibra y molécula de mí estaban trabajando en sinergia para producir un nerviosismo intenso dentro de mi cuerpo. Al entrar al aula mis ojos se activaron y buscaron de manera sutil el rostro de Eva, no la encontraba y cada segundo que pasaba se iba agrandando una pena en mi interior al pensar que ella no había asistido a clases, luego de varios segundos en una desesperada búsqueda de su rostro miro hacia una esquina del salón de clases y no lo podía creer, ahí estaba ella, sentí un leve sustito dentro de mí y percibí como un escalofrío recorría toda mi piel.

Ella también me mira y se queda petrificada, como si le hubieran dado la sorpresa más grande de toda su vida, me acerco a ella, la saludo y para romper el hielo le doy un tierno y fugaz beso en su mejilla, ella me saluda, pero sigue estando inmóvil, lo cual me da un poco de inseguridad. Entre conversaciones triviales me doy cuenta que ella en verdad se siente bien y a gusto hablando conmigo, solo que al parecer está muy nerviosa, demasiado nerviosa diría yo.

Llega el momento de iniciar las clases y yo me quedo sentado a su lado, en ese momento que pasé con ella me sentí extraño, no hablé con ella durante toda la clase, pero el hecho de tan solo sentir su aura cerca de mí, su presencia, percibir mediante mis receptores sensoriales el calor que manaba su cuerpo sentía en mí una sensación de placer.

Al finalizar la clase ella sale primero y me esperaba fuera del aula, yo la veo y proseguimos a bajar los escalones, cada uno en silencio: intentamos buscar un lugar de la universidad que no haya nadie y decidimos sentarnos en unos bancos en el área verde del recinto. Con la conversación que sostuvimos confirmé que ella de verdad me gustaba, había momentos en los cuales ambos nos quedábamos en silencio y solamente nos mirábamos al mismo tiempo que sonreíamos, cada vez que ella lo hacía me dejaba ver su hermosa dentadura y su sonrisa, la cual brillaba por lo dulce y tierna que era, sin saber por qué, verla sonreír ocasionaba dentro de mí una paz que se me hace bastante tan difícil describir, amaba verla sonreír, eso es lo único que puedo decir con certeza.

Ella me entrega su regalo: eran dos pequeñas pulsas formadas por pequeñas rocas, una muy cerca de la otra. Al momento de ella ponérmela me toma la mano y las inserta en mi muñeca, al percibir sus manos tocar mi piel me hace sentir una sensación muy agradable, un cosquilleo extraño el cual hacía que me dieran deseos de sostener su mano.

Luego de eso llega la hora de marcharme a casa, al momento de irnos le doy un abrazo un poco largo y un tierno beso en el cuello, cuando se lo doy, siento como su cuerpo reacciona al inesperado contacto de mis labios con su piel, lo cual me hace sentir muy bien porque noté que para ella fue una sensación agradable.

Cuando llego a casa lo primero que veo en mi celular son mensajes de ella diciéndome que la había pasado increíble, que se sintió muy a gusto conmigo y que no quería que ese momento terminara. Me explica que lo más asombroso de todo fue el beso que le di, que ciertamente no se lo esperaba y que fue algo que la dejó muy sorprendida. Al leer esos mensajes la verdad no supe como sentirme, me quedé inmóvil unos segundos y de un momento a otro en mis labios se empieza dibujar una sonrisa la cual termina con un fuerte grito de felicidad en mi habitación, me tiro en la cama y empiezo a hablar con ella con una energía que la verdad hacia tantos años que no sentía, al menos no por una chica que me gustara.

Entre conversaciones y conversaciones me llega la idea de dormir junto a ella, mientras es una chica que vive sola sentí que de su parte no existiría ningún inconveniente, además de que ya habíamos generado la confianza necesaria para que eso sucediera, todo increíblemente en un par de días.

Gracias a que ya tengo dos años estudiando psicología en la universidad conozco cuales son los patrones de comportamiento que rigen la conducta y el pensamiento humano, así que de manera sutil e inteligente hago que sea ella misma que tome la iniciativa y salga de sí invitarme a dormir con ella, lo cual al final efectivamente da frutos.

Pasan los días y la relación va perfecta, entre tantas conversaciones yo le revelo cuales son mis intenciones con ella, las cuales son que ella me gusta y que estoy plenamente dispuesto a que formemos una relación seria, formal y pública. Corroborando eso ella me dice que desde un principio esas han sido sus tenciones conmigo por igual, así que, de manera definitiva, esta era la oportunidad de oro, la que tanto ansiaba y esperaba para estar con alguien, sin en ese momento imaginarme por un segundo lo que me esperaba.

Una desventurada y breve historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora