Hay veces que me apetece escribir de forma menos poética y más reflexiva. Más práctica.
Yo, por si no lo sabéis, escribo como vía de escape, escribo de forma compulsiva.
Y, este texto, el de hoy, el que no es poético ni bonito, surge porque necesito un descanso de mi vida. Surge porque estoy rota, soy una persona que se rompe con rozarla y últimamente me encontraba en una pelea constante contra mi misma. Contra la vida. Y, no sé qué hago escribiendo pero, necesitaba escribir de la tristeza.
Joder, necesito gritar aunque sea en silencio que no estoy bien. Que estoy perdiendo la batalla. Que cada día estoy más lejos de mí.
Tengo mis piezas dispersas y no tengo idea de como reorganizarlas.
Estoy en una espiral que me esta quitando la vida.
Y, aunque siento que desaprendo, no tengo ni idea de como explicar lo que me pasa. Estoy triste y feliz. Estoy y no estoy en el presente. Estoy y no estoy donde quiero estar.
Y, creo que todo termina siempre igual, porque si os soy sincera, me odio ahora mismo mucho por estar así.
