Y así...

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Normalmente no lo planeas, simplemente pasa, tu mundo cambia y de repente sientes que has quemado otra etapa. Pierdes a alguien, porque se fue, porque te echó o porque le echaste, cuesta adaptarse, parte de ti quiere vivir como antes. No sabes cómo vas a hacer para seguir adelante, nadie puede enseñarte a vivir los momentos frustrantes. A ratos crees estar segura de que vas a ahogarte, se han llevado la orilla a otra parte, nadar no parece siquiera importante... Los consejos suenan vacíos e insignificantes, tu mundo es tuyo, a ti no puede entenderte nadie. El dolor poco a poco se convierte en tristeza y es incluso peor porque afecta al motor y no deja que arranques las ganas en tu cabeza. Dos opciones ahora se presentan: te dejas llevar o lo frenas. Te puedes hundir en la pena, o puedes luchar contra ella. Acepta la ayuda de fuera, pero no olvides que es tu problema; tú debes ser el que lo enfrenta, tú debes ser el que lo resuelva. Hay una salida que espera por cada laberinto en el que te metas; eres uno mientras la buscas, pasas a ser otro en cuanto la encuentras. Nunca es la misma persona aquella que sale que aquella que entra. Cada experiencia te esculpe, esculpir es quitar lo que sobra a la fuerza. No busques finales de cuento, los cambios ocurren y no hay moralejas; si hay una cosa que sea cierta es que ninguna amargura eterna. De las cenizas del fuego que consumió a aquella mujer que yo era resurjo con fuerza. No es pose, no lo hago para que me crean. Es una certeza. No existe ese golpe que pueda dejarme tirada en la arena. No hasta que me muera, ya no, no hasta que sepa que cumplí mis metas. Soy yo aquello que queda y no los recuerdos de lo que la vida arranca y se lleva. Hoy sé que añoro montones de cosas y sé que nunca volveré a tenerlas. El mundo sigue girando... y soy un golpe más sabio, un golpe más realista, un golpe más preparado. El miedo es de sensatos, pero rendirse a él es de mediocres, podré tener muchos fallos, pero no seré de las que se esconden. Vivir es la asignatura que estudias año tras años, y no hay vacaciones, sólo lecciones y se aprende de los errores. Tampoco es que sea complicado es cuestión de tiempo que te equivoques, pero si he aprendido algo es que todo depende de cómo lo enfoques.                                                                                                                                 Confieso que he dudado, me hundí y desde allí abajo daba la sensación de que no valía la pena intentarlo, pero...Hoy sé que la limitación estaba en mi cabeza, que la energía existía, existía aunque no la viera...Tenía derecho a descansar en mi ratito de pena, pero ya pasó. Cuando se muda lo de fuera, esto es lo que queda

VERSOS DE PAPELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora