Cuando más tengo que hacer. Cuando más sé cómo se me acorta el tiempo. Cuánto más te pienso, más echo de menos lo que éramos: felices.
Siempre voy a pecar de tener muchos sentimientos encendidos. De sentir para mí. De no compartirlo con el resto. Joder, siempre.
Pero, me acuerdo del momento en que la canción nos unió, cuando bailamos demasiado pegados, de tu sonrisa antes de besar. Besarme.
Me acuerdo cómo junto a ti me sentí segura. Desnudos o vestidos, daba igual. Me acuerdo cómo dejó de importarme que me vieran, como me gustaba tal cómo soy, como aprendí a quererme porque tu hiciste bonita cada una de mis imperfecciones. Me acuerdos como nos llevamos hasta el límite de nuestras alas, hasta el infinito del placer. Me acuerdo de ti, y no puedo no echarte de menos.
Me acuerdo de ti, además, siempre que recorro Madrid. y huele a churros. Me acuerdo de ti, siempre que me entra un antojo. Me acuerdo como recorrimos media ciudad solo porque allí los hacían especiales.
Joder, es que estas en todas partes.
Estas en cada vez que sonrió por algo, porque siempre giro la cabeza buscando tu sonrisa. Estás cuando quiero llorar y, no puedo llamarte para que salgamos a ver las estrellas o las luces. No puedo llamarte y olvidar todo lo que me hace mal, no es tú.
Cierro los ojos e intento parar el dolor.
Pero te echo de menos. Y me duele no haberte dicho todo lo que te quería. Todo lo que te quiero. Me duele no haberme abierto en canal. Maldita coraza. Maldito miedo a sufrir. Me odio por haberte perdido. Me odio por no haber luchado más por ti.
