Esta noche he decido plasmar mi corazón en un trozo de papel, papel barato y tinta negra, mezclada con pequeñas lágrimas que escaparon de mí
Quiero decirle que mi corazón le pertenece, que por cada arteria recorren los recuerdos junto a usted y en cada vena corre sangre caliente y viva que me hace desvanecer en sus brazos. Que cada segundo a su lado hace que lata de más, que me aproxime a la muerte o al clímax perfecto. Que me hace desear besarlo antes de morir y presumir en el infierno que ardía de amor por usted, que aquellos pobres demonios no podrían llegar a la locura en su boca, a caer en el limbo que era la profundidad de sus ojos, que la brisa tibia de su aliento en mi piel dejándome sin aire y su febril toque que me llevaba a la desesperación. Que a su lado ardía como aquellas almas podridas, pero ardía de éxtasis, de pasión, de locura
Disculpe usted si es demasiado atrevimiento de mi parte, pero es que suyo es mi corazón.
Yo le pertenezco, cómo cualquier humano desvergonzado
