Estaba nervioso, muy nervioso, además seguía encerrado en el baño oyendo a Lance caminar de un lado a otro como león enjaulado.
Todo comenzó con unos pequeños malestares matutinos, náuseas y antojos extraños, pero todo se lo atribuyó a la comida tailandesa de su último viaje, así que no le tomo importancia, pero estas siguieron aun cuando dejo de comer en sus paradas. Lance y Keith eran pilotos de aviones comerciales por lo que normalmente comían en el país al que llegaban y después de cada viaje largo descansaban nos días, ya tenían dos años de casados pero jamás se les había ocurrido el tener hijos, claro que a ambos no les molestaba la idea pero no tenían planes de nada.
Y esa era la razón de que Keith estuviera en el baño con una prueba de embarazo en las manos, sudaba frio y pensaba n como decirle a su amado moreno que tendían un hijo, no es que dudara de Lance pero no sabía cómo reaccionaria y so lo ponía aún más nervioso.
Respiro profundo y después de amarrar su cabello en una coleta abrió la puerta, con manos temblorosas extendió la prueba de embarazado siendo tomada de sus manos por las del moreno.
Y Keith solo sintió como era abrazado mientras sentía las lágrimas calientes de Lance en su hombro y los pequeños espasmos en su cuerpo, no pudo evitar llorar de felicidad aferrándose a la espalda de su esposo.
-seremos padres- sollozo Lance dándole un beso en los labios sin importarle el sabor saldo de las lagrimas
Dos palabras, trece letras, infinitos sentimientos.