Había despertado por los gritos, fuertes y desesperados. Gritos que buscaban mostrar amor y pedir perdón.
Cuando mamá llegó a mi encuentro yo me hallaba de pie, anticipando el peligro que envolvía a su mirada inquieta. Se acercó tan rápido como la oscuridad en la habitación se lo permitió y arrancando las sábanas de la cama deshecha a mis espaldas intentó envolverme en ellas con movimientos torpes, fallando terriblemente a causa del temblor en sus manos.
La vi respirar pesado, la vi desesperada intentando calmar los demonios que siempre amenazaban con invadir su alma. Esos mismos demonios que hace mucho ya se habían llevado a papá.
Entonces sentí el miedo apretar en mi pecho y supe que debía ayudarle a volver, a quedarse conmigo. Busqué sus manos y las tomé entre las mías, pensando en que así podría conectar nuestros corazones, quizás, así podría llegar a ese rincón en el que tenía escrito mi nombre.
Pero de pronto la puerta principal se abrió, el fuego entró y mamá se alejó.
Mi corazón cayó, triste y asustado, sin embargo, no había tiempo para llorar aquello. Debíamos salir de mi habitación, debíamos escapar antes que nos convirtieran en cenizas.
Llené mis pulmones de aire y busqué aferrarme de esa poca valentía que guardaba en mi interior. Entonces mamá abrió la puerta de mi habitación y los gritos se intensificaron, retumbando con fuerza en mi cabeza, rompiéndome un poco más.
El dragón estaba furioso y sus garras no tardaron en llegar a mamá.
No importó cuantas veces grité por ayuda, no importó cuantas veces le pedí que se detuviera.
El fuego la alcanzó y se convirtió en cenizas. Sucias y tóxicas cenizas.
Yo era la siguiente. Mi corazón latía tan acelerado como deseaba que lo fueran mis movimientos, debía levantarme y salir de ahí, debía escapar antes que pudiera atraparme.
Entonces corrí, sin aire y sin fuerzas.
Corrí, sin saber a dónde me llevaría el miedo que asechaba a mi mente.
Corrí, sin saber que caería en tus brazos, pidiendo a gritos que por favor me ayudaras.
Corrí, sin saber que la calidez de tu toque sería la calma luego de la tormenta en mi corazón.
Solo quiero decir ¡Muchas gracias por leer, por dejar sus votos y por comentar! Realmente me alegra mucho que les guste y entiendan mi forma de escribir, me llena el corazoncito.
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save you; im jaebeom
FanfictionDesear puede ser tan humano como amar puede ser destructivo; todo depende del cómo y el cuándo. Lo conoció cuando las estrellas brillaban y los murmullos de la ciudad ya no se oían. Le sonrió como a cualquiera, decidió quedarse como nadie. Lo deseó...