Atrapados - Yoonmin

Capítulo VII - Último

—Pensé que no vendrías — murmuró Jimin con las mejillas teñidas de rojo, quería culpar al frío pero la verdad era que se sentía avergonzado y emocionado por tener a Yoongi frente a frente nuevamente. El mayor alzó las cejas ante el comentario y él rápidamente se apresuró a hablar — te envié la tarjeta y puse mi número de celular para que confirmaras, como no lo hiciste pensé que no vendrías…

—Eso fue una pequeña venganza, Jimin — la voz de Yoongi había salido dura, pero aunque sonara loco, Jimin sabía que estaba bromeando, por alguna extraña razón conocía los diferentes tonos que el mayor usaba al hablar.

—Por no haberme puesto en contacto en dos semanas — no era una pregunta, pero de todos modos Yoongi asintió — Lo lamento por eso, estuve tan metido con la universidad y el trabajo, la charla con mi padre… — se quedó callado a mitad de la explicación al notar que Yoongi no dejaba de observar su cabello rosa — ¿Me queda muy mal? — se llevó una mano al cabello y comenzó a peinarlo un poco pero el viento no le dejaba completar la tarea.

—No Jimin, para nada — entonces Yoongi agarró la mano con la que Jimin peinaba su cabello, la agarró con delicadeza, enredando sus dedos largos con los pequeños del menor. De repente el frío dejó de existir y todo era calidez por ese simple toque — de hecho te queda realmente precioso. Cuando aparecieron los bailarines en escena estaba buscando ese cabello anaranjado que recordaba tan bien, pero cuando te vi de rosa con ese atuendo… Jimin realmente estuviste estupendo. Eso me dejó sin palabras, y el final… — Yoongi nunca había tenido problemas para expresar sus palabras, pero en ese momento con Jimin frente a él, luego de tan magnífica presentación estaba en blanco.

—Gracias por haber venido, Yoongi. Y muchas gracias por incentivarme a seguir con eso, luego de lo que pasó hoy me di cuenta que si hubiese encontrado trabajo en una oficina sería el chico más infeliz del mundo, pero gracias a ti, gracias a ese ascensor nada de eso pasó. — Jimin sentía sus ojos húmedos y su voz temblorosa, nuevamente quería culpar el frío por eso pero la verdad es que estaba muy emocionado.

—Gracias a ti Jimin, por permitirme ver tan maravillosa presentación. Tienes un talento y pasión que no había visto nunca en nadie, y déjame decirte que no te veo como secretario de un viejo pelado que sólo te da órdenes — Ese comentario fue suficiente para que Jimin se desestresara, dejando caer sus lágrimas en el proceso pero no le importó, porque eran lágrimas de felicidad — ¿Dije algo malo? — Yoongi se alarmó al ver las mejillas del joven empapadas con agua salada.

Jimin simplemente negó y se acercó un poco más, acortando la distancia que había entre sus cuerpos.

—No Yoongi. Desde que nos conocimos sólo haz dicho las palabras correctas.

Y entonces lo besó.

Park Jimin besó a Min Yoongi frente al teatro donde sus corazones se habían encontrado por segunda vez.

Yoongi sin perder tiempo llevó su mano libre a la pequeña cintura de Jimin, le acarició la espalda con suavidad y a pesar de todas las capas de ropa que Jimin llevaba, sintió el toque tan cálido, tan íntimo, tan profundo que se estremeció. Jimin enredó su mano libre en el cuello del mayor, llevando instantáneamente sus dedos al cabello rubio que había deseado tanto tocar en las últimas semanas. Movieron sus labios en un ritmo lento y suave, marcando un compás único, creando un momento especial que ninguno de los dos olvidaría por el resto de sus vidas.

Cuando se separaron varios minutos después los ojos de Jimin seguían húmedos, pero su sonrisa le indicó a Yoongi que todo estaba más que bien. Se miraron a los ojos, sin decir nada durante largos y eternos minutos, sus manos seguían unidas y ambos tenían los labios levemente hinchados por el delicioso beso compartido.

—Bien Yoongi, tú me has visto cumpliendo mi sueño, ahora yo debo verte cumpliendo el tuyo — el mayor frunció el ceño sin entender de qué estaba hablando Jimin o a dónde quería llegar, pero luego recordó lo que le había contado y soltó una pequeña risa. — Tendrás que rapear para mí, Min Yoongi.

Y claro que Yoongi lo haría. Rapearía para el chico que había conocido al quedarse atrapado en un ascensor un aburrido día de trabajo, rapearía para su chico por el resto de sus vidas.

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¡Hola bonitos lectores! Hemos llegado al final de esta historia bien dulce y melosa, espero mucho que les haya gustado y si es así que la compartan con sus amigos o conocidos lectores así la historia se puede extender a más gente.

Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer y comentar, son los mejores. Espero pronto traerles más historia, o al menos varios One Shot en los que estoy trabajando.

Espero que todos tengan un maravilloso día. ¡No olviden sonreír que la sonrisa combina con todo!