Bro's scenarios [Ninjago]

🔹El niño necesita un celular🔹

Los ninjas llevaban esperando en la fila alrededor de una hora, pero finalmente habían llegado a su destino: la caja.

—Queremos comprar un celular —dijo Zane, mirando al cajero con determinación.

—De acuerdo, ¿Qué modelo?

—Pide el IBorg 5 —susurró Jay—. Es el más reciente.

—¿Y si crees que nos alcance? —cuestionó Kai, girándose hacia su amigo.

—Aaah...

—Disculpen pero están retrasando la fila —intervino el cajero.

—Sólo será un momento —aseguró Cole, sonriente y se llevó una mano al bolsillo de su sudadera para sacar un bonche de billetes y monedas—. ¿Qué nos alcanza con ésto?

El cajero frunció el ceño y miró con fijeza a los cuatro chicos delante de él, para ver si estaban de broma. Los ninjas se limitaron a sonreír con inocencia.

El cajero ni siquiera contó el dinero. Desapareció unos minutos en la trastienda y salió con una caja grande y pesada.

—¿Es una broma? —gruñó Kai, al ver la imagen del celular en la caja.

—Lo lamento, pero es para lo que les alcanza. Los costos de los IBorg son muy elevados...

Jay, Cole y Kai miraron a Zane para comprobar si era cierto.

—Es verdad —asintió el nindroide.

Cole lanzó un suspiro, pero recogió la caja.

—Nos lo llevamos.

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—¿Creen que le guste al niño? —preguntó Jay, antes de que los cuatro entraran a su habitación.

—Es su primer celular, yo diría que estamos siendo generosos —mencionó Kai—. Además, es lo que pudimos pagar con nuestros salarios...

—Kai tiene razón, Lloyd va a entenderlo —dijo Cole. Enseguida tragó saliva—. Es más grande ahora.

—¿Estamos listos entonces? —preguntó Zane, con la mano en el picaporte.

Sus amigos asintieron.

Lloyd estaba sacando ropa de sus cajones... ropa... demasiado pequeña para él. Estaba tan ocupado mirando con melancolía su camisa negra, que ni siquiera se percató de que sus amigos estaban tras él, con su regalo.

—Tenemos una sorpresa para ti —canturreó Jay.

Lloyd se sobresaltó, aunque casi enseguida se volvió a mirarlos como si nada. Frunció el ceño al ver la gran caja que tenia Cole en las manos.

—Ow... es... ¡Otra caja! —dijo Lloyd, con fingida emoción.

Primero su tío y ahora ellos. Lo peor era que no estaba de humor para bromas...

—¿Por qué no la abres? —sugirió Cole.

Lloyd quitó las tapas con cuidado y, para su sorpresa, la caja no estaba vacía.

Se había quedado mudo.

Era difícil interpretar su expresión: ¿Estaba molesto? ¿Decepcionado?... ¿Feliz? Su estado quedó claro cuando una amplia sonrisa iluminó su rostro.

—¡Es un celular! —gritó, emocionado—. ¡Es mi celular! ¡Oh! ¡Gracias, gracias, gracias!

Los chicos sonrieron ampliamente.

—Sólo cuídalo bien —le dijo Kai, despeinándolo con una mano.

—¡Lo haré!

Lloyd se sentó en su cama, mientras sus amigos lo miraban con orgullo. Al menos el celular lo distraería de las cosas confusas que estaban sucediendo.

—Me pregunto si tendrá juegos...