Capitulo 14: Adicción

99 14 0
                                    


Narradora:

Ya había pasado la reunión de Jared con David, le había contado detalles y pequeñas expresiones y manías que anteriormente vio en Poker para que puedan ser incluidos en la película, incluso le comento sobre el vestido dorado, a lo que simplemente respondió que ya se le estaba ocurriendo en que escena podía incluirlo.

Continuaron las reuniones para crear al personaje y las lecturas de guion, y aunque a Jared no le gustaba admitirlo, cada vez miraba con más ilusión a Margot. Dejando ese detalle de lado, lo ocupado que estaba con esos detalles de la película, y los exigentes entrenamientos a los que ahora estaba concentrado, le habian impedido verse con Poker, hasta este momento.

Nuevamente se encontraban separados por el gran vidrio, Poker ya estuvo hablando sobre pequeños detalles y algunas ideas, incluyendo sobre como podría moverse. Incluso sin que ella lo dijera, él ya notaba como a veces movía su cabeza hacia un lado, o su miraba se perdía, pero le tomo más atención a sus cambios de animo, ya que implicaban a todo su cuerpo; sus movimientos, su mirada, su respiración.

- Acabo de recordar...- hablo Poker.

- ¿Qué recordaste?

- Lo de nuestra anterior charla, de como conseguí el casino... que tonto, justo me interrumpiste con esa pregunta cuando estuve a nada de decirte. Supongo que me confundiste.

Poker se encontraba acostada en el suelo mientras miraba el techo, a veces doblaba sus piernas para después volver a estirarlas, bastante lento, incluso siendo sensual sin percatarse.

- ¿Cómo conseguiste tu reino?- se acomodo en su asiento para prestarle más atención, en serio le interesaba saber.

- Drogas.

Guardaron silencio un segundo, Poker cerro los ojos y llevo las manos sobre su cabeza, mientras Jared tragaba en seco, no le traía gratos recuerdos aquella palabra.

- ¿Sabes cual es la regla más importante para los que venden? No consumas tu mercancía... si lo hubiera sabido, si después me hubiera importado. Un día decidieron empezar con las drogas, venderlas en pocas cantidades, ayude con eso. Después quisieron crecer y pidieron más cantidad, hasta que un día nos dieron la cantidad e importancia suficiente como para ser nosotros los que ahora vendan a pequeños repartidores, como lo habíamos sido antes.
Él quiso celebrar, y pensó que la mejor manera era regalarme mi primera "línea blanca"... me enganche rápidamente, mi dependencia creció velozmente, y con esta mi deseo de crecer en ese negocio. Mientras más dinero ganáramos, más podría comprar.
Mi adicción nos hizo crecer mucho más, él no podía estar más contento, el dinero llegaba y cada noche podíamos consumir lo que queríamos... hasta que él noto que yo me estaba descontrolando.
Una noche me encontró en el suelo, temblando, vomitando, sudando frio y sin poder hablar... seguí con vida por milagro. Desde ese día me prohibió volver a consumir, me volví más violenta, y él reaccionaba golpeándome.

Jared la miro asombrado, eso que le decía era horrible. Ahora le contaba de una forma corta, pero no podía calcular el tiempo en el cual habian pasado esos hechos.

- Aún recuerdo como era... me sentía tranquila, descansada, eufórica, alegre.

Poker continuo hablando de como se sentía, mientras Jared había dejado de mirarla, jugaba con sus manos tratando de distraerse, sabia de lo que ella hablaba.

- Al dejarlo todo fue un infierno, todo el tiempo estaba enojada, desesperada, desconfiaba de todos, para no pensar en mi necesidad me rascaba los brazos hasta hacerlos sangrar. Tenia pesadillas, sentía que mi corazón latería tan rápido que se saldría de mi pecho. Incluso de tanto toser quería arrancarme la garganta.

Poker abrió los ojos, se enderezo hasta quedarse sentada y miro a su visita, para inmediatamente continuar hablando.

- Era horrible, ¿verdad?

- ¿Disculpa?- respondió distraído.

- Podríamos tener tanto en común, cualquier cosa, pero no, tenían que unirnos los estupefacientes.

- No quiero hablar de eso.

- No es necesario, tu lenguaje corporal me lo dijo todo, además, ya hablo una ex adicta- se apunto a si misma-, no necesita hablar otro- lo apunto a él.

Lentamente se paro de su asiento, con lentitud, como un animal asechando a su presa, camino a su dirección hasta llegar a tocar el vidrio.

- El consumirla me hacia sentir libre, mientras aumentaba la cantidad, sentía que más cadenas se rompían... que estupidez, casi me mato. Sinceramente no volvería a probar esa mierda, hay mejores drogas, en especial aquella que me liberaba completamente, y activaba todos mis sentidos.

- ¿Y qué era?- preguntó serio.

- La sangre... no te confundas, no soy vampiro ni me bañaba en ella, pero derramarla de un cuerpo ajeno era adrenalina pura. Mejor dejemos esa adicción para otro día, ahora no te ves muy feliz- dijo con tono burlón, lo había estado analizando todo ese tiempo.

- No me trajiste buenos recuerdos, eso es todo.

- Pobre bebé, ¿mamá no supo protegerte?

En cuanto la escucho se paro de su asiento para encararla, el enojo rápidamente se había hecho presente gracias a su comentario.

- No te atrevas...- la amenazo-, ni se te ocurra culparla, ella no tuvo nada que ver.

- ¿Qué tanto no vio?- siguió con su actitud provocativa- ¿qué tanto no noto?

- Cállate.

Una sonrisa en el rostro de Poker hizo que se detuviera.

- Tranquilo, no lo digo enserio, fueron tus problemas, solo tuyos.

- ¿Y por qué lo dijiste?

- Para demostrarte que no soy la ingenua dañada, si pude enfurecerte así- chasqueo sus dedos-, y luces bastante calmado. Imagina a una persona con problemas de ira. Sabia, y continuo sabiendo como jugar, y si quisiera podría hacerte perder la cabeza, no todo fue la culpa de él.

- Eres increíble...- rio sin gracia-, hacer esto para demostrar que...

Se detuvo en seco, pensó unos segundos y ato cabos en su mente, recordó palabras y algunos detalles de su historia. Cuando estuvo a punto de hablar en voz alta sobre su descubrimiento, Poker puso su dedo índice en sus labios para que guarde silencio.

- Shh... no lo digas aún, dejemos la intriga para tu próxima visita.

Jared tan solo se quedo en silencio, se quedo con el seño fruncido mientras analizaba el rostro de Poker. Aun guardando silencio se alejo del vidrio camino a la salida, mientras estaba de espaldas escucho a Poker despedirse y mandarle un beso. Quería irse, necesitaba pensar.






La Verdadera ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora