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Sollozó con dolor. Sus amigos le habían fallado. Lo habían utilizado únicamente para deshacerse de Lord Voldemort.

Ahora él se encontraba siendo juzgado por cargos que no cometió, pero todos estaban en su contra. Ron y Hermione le sonreían con maldad y asco, escuchando como el Ministro hablaba del lado de ellos.

Había pasado poco desde que él había peleado y asesinado al Mago Oscuro. Todos desde ese día se volvieron distantes y muy agresivos con él y lo miraban con una mezcla de odio y asco. Siendo la única excepción Luna, quien siempre hablaba con él cada vez que Neville no se encontrara alrededor. Pues, el Longbottom también se había vuelto distante y muy agresivo con él como los demás.

Harry bajó su mirada, resignado. Estaba claro que será encarcelado en Azkaban injustamente. Si tan solo él se hubiera dado cuenta antes de cómo lo utilizaban, no estaría allí en el juzgado recibiendo miradas de odio, envidia y asco por parte de todos a los que consideraba amigos.

Hermione y Ron le habían denunciado por utilizar la maldición asesina Avada Kedavra y por torturar a Severus Snape con Crucio para luego hacer que asesinara a Dumbledore, y tras esto matarlo. También es acusado por ser él quien atrajo a Voldemort a Hogwarts y hacer un trato con él con el fin de gobernar el mundo mágico.

Todos, siguiéndole el juego a sus dos supuestos "amigos", lo miraron con desprecio durante todo el juicio.

Cuando se enteró de estas acusaciones se encontraba en Hogwarts y en ese momento fue brutalmente golpeado, hechizado y burlado frente a todos los profesores quienes miraban la escena callados y con una mirada de decepción y rencor puro.

Todos se retiraron de la sala, dando el juicio como terminado y él siendo acusado como culpable y a cumplir cadena perpetua en Azkaban.

Por primera vez, sintió la verdadera soledad y tristeza dentro de su corazón.

Sangre SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora