Sangre Slytherin

2- Tom Marvolo Riddle

Para Harry, el hecho de estar en otro tiempo no le molestaba en absoluto. Lo que realmente le molestaba era estar justamente en la época donde Lord Voldemort era todavía Tom Riddle, un simple huérfano que era molestado por los demás. No le gustaba tener que convivir con su enemigo y mucho menos tener que compartir el mismo orfanato. Lo único que deseaba en su interior era no tener que compartir habitación con él, de lo contrario eso significaría que la vida lo odiaba definitivamente.

Aunque no debería molestarse por tenerlo a Tom Riddle con él. Después de todo él todavía no era Voldemort, pero eso no evitaba que en el futuro lo sería y asesinaría a sus padres y muchas personas más.

Tom no era Voldemort. Se trataba de convencer de esto para poder al menos disimular un poco el desagrado que le causaba la idea de tener que estar en su mismo orfanato.

Fuera de esto, también es muy probable que Tom pasara de su presencia y lo ignorara olímpicamente cómo había visto en los recuerdos de Dumbledore; la vieja cabra que lo utilizó para después desecharlo.

Quizás él lo dejó con los Dursley sabiendo a la perfección que ellos lo maltratarían. Para así, luego a sus once años, le sería más fácil manipularlo. Y vaya que lo logró.

Harry no era idiota, jamás lo fue. En varias ocasiones se quedaba pensando en esas cosas, cómo el porqué Dumbledore lo dejó bajo la tutela de unos muggles que odiaban la magia, también el porque dejó que encarcelaran a Sirius si él sabía que no era culpable y el porque permitió que no tuviera ni siquiera un juicio. En esos momentos, siempre trataba de convencerse de que simplemente eran imaginaciones suyas y que el mayor no tenía ninguna mala intención al hacer esas acciones.

Ahora todo estaba más que claro para el chico de casi diecinueve años; todo era para que Harry pudiera ser su fiel perrito faldero y que no le cuestionara nada. Apretó sus manos en forma de puños con fuerza al tan sólo pensar en eso, sus ojos se bañaron en deseos de lanzarle algún maleficio a ese idiota. Pero era mejor que se contuviera tanto ahora cómo cuando lo vea nuevamente.

Si bien Albus le había utilizado, de todas maneras no debía dejarse llevar. Por esto intentaría no lanzarle un maleficio imperdonable a ese viejo idiota en cuanto lo vea, aunque ganas le sobran. Después de todo, lo hecho, hecho está. Aunque técnicamente no estaría hecho todavía pues se encontraba en el pasado. Pero no deseaba comerse la cabeza pensando en eso.

Ahora mismo, Harry se encontraba entrando al terreno del orfanato, dispuesto a tocar la puerta y poder fingir ser un chico abandonado para que lo acogieran. El chico de ojos verdes no le gustaba la idea de estar en el mismo orfanato que Voldemort, pero tampoco deseaba salir a buscar algún otro lugar donde lo alojen.

Harry suspiró y se dispuso a golpear con leves toques la puerta. Seguramente no lo atenderían rápidamente al ser todavía la hora de la cena. Mientras esperaba a que le abrieran, sus ojos recorrió todos los alrededores. Se notaba que el orfanato era viejo y sus paredes estaban un poco malgastadas. El edificio era cuadrado y se encontraba cerca de varias tiendas y algunas casas.

Escuchó el chirrido de las grandes puertas abrirse, volvió su mirada al frente notando frente a él una mujer con la mirada inexpresiva que, tras mirar hacia abajo notándolo a él, puso una mirada horrorizada (quizás porque de seguro su cara debe de estar repleta de moretones también).

—Hola... Mi tía me dijo que ustedes me cuidarían mientras ella está trabajando, luego me vendrá a buscar— Habló con la voz más dulce e inocente que pudo realizar. La mujer siguió mirándolo con pena e intentó hacer una sonrisa.

—Claro... Yo soy Cole, un gusto pequeño— Su tono de voz era muy cariñoso y tranquilizador, a tal punto que se sintió completamente relajado— ¿Se podría saber quién te hizo... Eso?— Preguntó cambiando su tono a uno horrorizado.