•| Fiesta en casa de Golden.
El riquillo del grupo había preparado una fiesta juvenil para celebrar fin de año y media escuela (la gran mayoría desconocidos para el rubio) iba a asistir, y eso incluía a la pareja protagonista junto con el resto del grupo de los Animatrónicos.
En ese momento los cinco amigos estaban situados fuera de la mansión. Todos iban vestidos como adolescentes en los 80, esa era la temática que Golden había propuesto. Desde el interior podía oírse la música resonar por toda esa calle y aún esperaban ser atendidos por su amigo, cosa que sucedió en cuestión de minutos que para Foxy eran una eternidad.
─ ¡Por fin, lpm! ─ aliviado e impaciente, se ganó las risas de todos los presentes.
─ Bueno, bienvenidos sean. Espero que disfruten su estancia y se diviertan. Hay alcohol para los mayores de 18. ─ vio juguetón al único azabache, consiguiendo una mirada amenazante de parte de éste. ─ En fin, entren.
El grupo no demoró en adentrarse al lugar, apenas hecho esto la música a un volúmen exagerado retumbó sus cuerpos mientras admiraban el interior del lugar. Era muy espacioso, enorme, habían luces por todas partes y personas bailando acorde a las canciones que ponía un DJ contratado por el mismo dueño de aquella casa sobre un gran escenario.
Además, en una tercera pared se hayaba una barra de tragos poblada por pocas personas.❝Casa de niños mimados❞, se repetía Alfred en su mente, al igual que su acompañante, Foxy.
Mas esos pensamientos fueron interrumpidos ante un fuerte tirón en su brazo que lo hizo reaccionar.
─ ¡Fred, ven! ¡Vamos a bailar! ─ exclamó Chica arrastrando a su pareja hacia la pista de baile, por supuesto éste intentaba mostrar resistencia, pero la joven era mucho más fuerte que él.
─ ¡E-espera! ¡No sé bailar! ─ trató de excusarse, gritando a todo pulmón a causa de lo fuerte que estaba la música en ese momento. Por primera vez se mostró nervioso.
─ ¡¿Y crees que yo sí?! ─ rió. ─ ¡Sólo imagina que estamos solos, y baila! ─ agarró las manos del mayor y trató de inventar sus propios pasos, mientras éste sólo intentaba seguirle la corriente.
Pasaron segundos para que Fred se adaptara a la música y comenzara a hacer danzas incoherentes junto a aquella rubia, sin poder evitar reír mientras eran observados por otras personas de forma extraña. Reían, sonreían, hubieron momentos en los que se perdían en la mirada del otro y luego retomaban su peculiar coreografía. Una que sólo ellos dos conocían.
Así pasaron las horas.
●•───•●
Luego de tanto bailoteo, era de esperarse que ambos estuviesen exhaustos.
Tomaron un descanso en aquella barra de bebidas. Hablaron sobre estupideces un buen rato, para ese entonces el volúmen de la música se había reducido considerablemente a uno más lento y cómodo para ambos. Pero ya no se hayaban con energías para continuar bailando, de otro modo seguirían así lo que queda de la noche.
La charla fue interrumpida por Alfred, quien pidió un trago para poder relajarse luego de tanta acción hace unos momentos. Chica lo miró con confusión y curiosidad.
─ ¿Bebes? ─ cuestionó al momento en que Fred iba a retomar la conversación.
─ Sí, ¿por qué? ─ devolvió la pregunta arqueando una de sus cejas, a la vez que recibía una copa con aquel líquido de un color extraño para la chica. ─ Acaso... ¿tú no?
─ No bebo hasta alcanzar la edad de 18. ─ rió con fluidez. ─ Eres un antisistema. ─ se burló.
─ B-bueno... yo bebo desde los 13, pensé que tú... ¿entonces nunca consumiste alcohol?
La ojiamatista negó con la cabeza. Nunca se había preocupado por ello, pero ahora que su novio lo mencionaba, la curiosidad se posó sobre ella.
─ ¿No quieres que esta sea tu primera vez? ─ sonrió travieso Fred, antes de extender aquella copa hasta la pequeña, consiguiendo que ésta se embriagara con el raro olor que emanaba la bebida. ─ Anda, solo te queda un año.
─ No lo sé... ─ musitó insegura. ─ no quiero ser aguafiestas, pero...
El pelinegro suspiró. ─ Está bien, no importa, no quiero obligarte. De todas formas, ya sabía que eras una aburrida... ─ sonrió con aires de superioridad, llevando la copa hasta sus labios para tragar un pequeño sorbo.
La rubia frunció el ceño, odiaba ser subestimada. Y por supuesto que no iba a permitirlo.
Con cuidado y agilidad le arrebató la copa de sus manos para luego situarla ella misma hacia su boca, demorando escasos segundos en consumir todo el contenido. Fred ladeó la cabeza sorprendido y a la vez pícaro.─ ¿Y? ¿Qué tal? ─ preguntó sonriente.
Las muecas de la rubia lo decían todo.
─ ¡Sabe horrible! ─ sacó la lengua haciendo un divertido ademán de querer vomitar, a lo que soltó una pequeña risita. Para ser la primera vez que tomaba, le disgustó bastante.
Los labios de la rubia estaban manchados con aquel líquido carmín. Y Fred no pudo evitar notar eso, ruborizándose con ligereza. Esto hizo que la ojiamatista lo viera de una forma extraña y curiosa.
─ ¿Pasa algo...? ─ cuestionó.
Fue cuestión de segundos para que el rostro de la chica fuera aprisionado con las manos del mayor, plantando así sus manchados labios con los de él. Se exaltó sin seguir el beso, pero tampoco intentó separarlo, todavía era primeriza con besos como esos y no tenía aún nada de experiencia.
Fred, se encargó de limpiar los labios ajenos con su lengua, degustando el sabor a alcohol que proviniendo de la joven le daba un sabor distinto y único a su perspectiva. El líquido escarlata desapareció de su boca en cuestión de minutos de largos besos, hasta que el aire lo forzó a separarse.
Al ver desde una distancia apropiada el rostro de la menor, no pudo evitar sonreír otra vez. En ese momento, Chica parecía ser la mutación de un tomate o cualquier otra verdura del mismo color.
─ De nada. ─ dijo el pelinegro, satisfecho, relamiéndose los labios intencionalmente.
─ ¡N-no hacía falta que hicieras eso!
─ Pues ya está hecho. ¿Quieres otro trago, dulzura?
─ ¡No! ¡Y-y no vuelvas a hacerlo sin avisarme! ─ musitó molesta y apenada.
Esas reacciones sólo consiguieron que el chico soltara una sonora carcajada. Una que lo hizo recibir varios golpes de parte de una avergonzada rubia, quien no podía quitar el gusto a vino y labios del azabache de su boca.
No iba a admitirlo, pero esa combinación de sabores le había gustado.
"Veamos por cuánto tiempo."
[❇]
escribí más de 1000 palabras, oMG.
y yas, wachines, ya reviví~ UwU
(aunqueséqueanadieleimportaah).
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✴↪·| ᴄᴏʟᴏᴜʀs'› -ᶠʳᵉᵈᶤᶜᵃ
Fanfictionᵖᵒʳᵠᵘᵉ ᵉˡ ᵃᵐᵒʳ ᵗᵉ ʰᵃᶜᵉ ᵛᵉʳ ᵉˡ ᵐᵘᶰᵈᵒ ᵈᵉ ᵈᶤˢᵗᶤᶰᵗᵒ ᶜᵒˡᵒʳ·- ✳ Momentos Fredica escritos a lo random por la estúpida autora, sisi ✳ Se permiten copias/adaptaciones¿?.