Te extraño

III

El tiempo pasaba lento, su asistente le había llevado un café, todos trabajan arduamente, ninguno molestaba al jefe más allá de cuestiones del trabajo, pero se veía tan perdido que la chica no pudo evitar preguntar por su estado anímico, el solo asintió en señal de que todo estaba bien, cuando la chica cruzo el umbral de la puerta se percató de la ya conocida sensación de frialdad en el ambiente por lo que no se asustó como anteriormente al ver a un hombre muy guapo vistiendo un pantalón café junto a una camiseta blanca, para su desgracia este espirito tenía el rostro del idiota de Isogai, Morinaga bufo al ver a su antiguo "enemigo", esperaba no lo llevasen a ver esa navidad en la que el idiota ese se coló en su festejo con senpai, mientras esperaba oír alguna tontería la mirada del espectro se oscureció mostrando su inhumana naturaleza pero inmediatamente volvió a sonreír para apabullar los sentimientos de extrañeza que nacían en el otro hombre.

-Mi intención no es asustarte como mis hermanos a los cuales se les dificulta ocultar su verdadera naturaleza- sonrió bastante complacido con su monologo, sentía que cada año se volvía mejor al representar su papel.

-Bueno la anterior lloro, no fue tan intimidante- escupió el otro.

-Que no te engañe Morinaga-kun, se alimenta de tristeza.-los ojos del de cabellos más canos se ensancharon al pensar en la imagen angelical de la pequeña Kana-chan comiendo tristeza, pero el intruso siguió hablando- Bueno me presento, soy el espíritu de navidades presentes, básicamente veras de lo que te pierdes por amargado.

Seguidamente abrió la puerta de la oficina para dejar entrar una luz cegadora como el portal a un mundo desconocido, resignado se levantó acompañándolo, cuando atravesó el portal se encontró en la vieja casa de Matsuda, todos los Tatsumi estaban reunidos Kanako estaba hecha una mujer y Tomoe con Kurokawa cargaba un niño de unos cuatro años, probablemente es el pequeño Midori que adoptaron no hace mucho, casi no lo reconoció, por un momento se sintió triste al darse cuenta de todo lo que habían cambiado, escucho que el timbre sonó y la sorpresa no abandono su rostro hasta que el espíritu soltó una carcajada al ver la cara de Morinaga cuando vio a los dos hombres que entraban tomados de la mano.

-Hiroto-kun, Isogai-san bienvenidos – todos saludaron mientras observaban el umbral de la puerta esperando a que alguien más entrase después de ellos, pero nadie más los siguió, Kanako hizo un pequeño puchero y dijo en vos muy alta y enojada- ya les dije yo que me dejaran ir y sacarlo de esa ridícula oficina a patadas- el mayor de los Tatsumi abrazo a su pequeña peleonera.

-Ya les dije que no lo podemos obligar a estar con nosotros, Morinaga-kun es un hombre importante y lleno de ocupaciones, además esta época del año no es precisamente el mejor momento para obtener algo de su atención.

El ambiente lleno de calor hogareño se entristeció, todos se sumergieron en sus memorias incluso los hermanitos Tatsumi tuvieron que limpiar un par de lágrimas traicioneras que se escaparon sin aviso, Morinaga escucho como todos se encontraban felices de unir a Hiroto a la familia, al parecer durante el funeral y los arreglos se hicieron muy unidos, después de todo él era el único que lograba hacer que su destruido amigo probara algún bocado, no eran familia pero se sentían como hermanos, también por boca del espíritu supo que de allí en adelante su relación con Isogai empezó, el hombre de cabellos azulados sonrió un poco, no apreciaba al idiota pero si hacía que su amigo pusiera esa cara de bobo entonces él era feliz.

-Yo quería decirle a Morinaga-san, bueno a todos- empezó Kanako algo nerviosa por lo que iba a decir, se aclaró la garganta y continuo- yo hace un año conocí a alguien, estoy muy enamorada, me propuso matrimonio ayer antes de irse con su familia a Tokio, dijo que cuando vuelva quiere mi respuesta- la chica ya adulta se sonrojo como una niña pequeña ante las miradas llenas de expectativas de todos, en un susurro dijo- yo quiero decirle que sí, quería que... Quería que Morinaga-san me dé la bendición en representación de Sou-onichan- para cuando termino de hablar muchas lágrimas escaparon de su rostro.

Todos la abrazaron en secuencia, le dieron sus más sinceras felicidades y buenos deseos, pero lo primero y más importante es que presente al joven una vez que este vuelva, Morinaga estaba pasmado, la pequeña Kana-chan se casaría, ella esperaba su opinión, pero el muy idiota estaba sumergido en su propia burbuja olvidándose de todos aquellos a quienes les importaba, todos los diciembre se llenaba la cabeza de ideas poco productivas como que no tenía a nadie y allí había una habitación llena de personas que lo amaban.

-Espero se te ablandara el corazón, te llevaría a ver a tu hermano que esta con tu familia consanguínea, pero pensé que te resistirías y dirías alguna estupidez como que te odian- Morinaga solo atino a parpadear varias veces lleno de asombro, recibió un par de cartas de sus padres una que otra vez, pero todas se fueron a la basura antes de siquiera abrirlas, no es de sorprenderse que no lo llevase con ellos, aunque una pequeña parte de él deseaba volver a ver a su madre.- bien vamos, solo porque yo me alimento de amor.

La escena de su familia fue muy enternecedora, su madre llevaba comida recién preparada y su padre discretamente preguntaba por el bienestar de su hijo menor, incluso pudo divisar un artículo de revista enmarcado, con el como principal tema. Se llenó de rencores mesclados con muchos miedos hacia ellos, tanto que jamás creyó en la posibilidad de volver a compartir con ellos, su corazón descubrió un sentimiento que no probaba desde hace muchos años... amor, si solo pudiese abrazar a aquella mujer canosa todo mejoraría, la ternura que esas arrugas le causaban eran algo que no pensó sentir, su bella madre y su imponente padre ya eran un par de abuelos, reprimió una pequeña risita alegrándose de ver como Masaki molestaba a Kunihiro. Después de unos minutos regresaron a la oficina, esta vez con mejores ánimos.

-Mi hermano, el... no le pidas ver su rostro.