Siempre a tu lado. [ClaudexAlois]

Capitulo 1

Era de noche en la mansion Trancy. Los mellizos descansaban, Hannah estaba en el pequeño invernadero particular del joven amo cuidando de las flores y Claude paseaba por los pasillos vigilando que nada sospechoso perturbara el sueño de su amo.
Sin embargo Alois se encontraba en la despensa arrasando con un pastel de arándanos, con la única compañía de una vela. Llevaba más de medio pastel y aún seguía sintiendo un gran vacío en su interior.
No era la primera vez que lo hacia, últimamente le habían dado varios ataques de ansiedad que terminaban en visitas nocturnas a la despensa.
Con la mano temblorosa partió otro trozo, aún sabiendo que si se lo comía iba a reventar. Se lo acercó la boca, lo mordió y lo tragó. No se sentía muy bien. Decidió que quizás ya había comido suficiente y dejó el pastel donde se lo había encontrado y salió de allí, sin acabar de sentirse bien. Se aseguró de que Claude no le viera. Tenía los labios y los alrededores de un tono azulado debido al dulce.
No pude evitar hacer una parada en el baño. Se puso de rodillas frente al excusado. Sintió arcadas pero su cuerpo no expulsaba nada. Bajó su mano hasta su abdomen, sintiéndolo ligeramente hinchado por la cantidad de comida que había ingerido, miró sus dedos temblorosos y se los metió en la boca. Sintió una fuerte arcada y vomitó.

El mayordomo se paró a admirar un cuadro. Nunca se había fijado en el y le pareció curioso. Mientras lo analizaba, su fino oído alcanzó a oír ruidos en el baño. Frunció el ceño extrañado. La curiosidad lo invadió por dentro pues sabía que a parte de su amo, que estaba durmiendo, los demás no estaban en la mansión.
Cual fue su sorpresa al encontrarse a Alois vomitando. No pudo evitar preocuparse. Quizás había pescado un virus, o a lo mejor le había sentado algo mal. Lo vio desde la puerta decidiendo si entrar o no, pero finalmente algo en su interior lo empujó. Justo en ese momento Alois paró y comenzó a respirar rápido.El mayordomo se pensó dos veces el hablar con él en ese instante, no sabía si le iba a gritar o le iba a abrazar y puestos a elegir la segunda opción era la menos escandalosa.

-Señorito, ¿se encuentra bien? -El pequeño dio un respingón y se puso recto.-

-S-Si... No te preocupes...

-¿Algo que he cocina no le ha sentado bien?

-N-No, para nada... Es que... -Jugó con sus dedos nervioso, si le decía que se había comido el pastel, que había estado toda la tarde preparando, seguramente se enfadaría, y era lo que menos quería. Que otra persona más lo odiase.-

-¿Si? -Claude puso atención a lo que tenía que decirle.-

-Tuve náuseas... E-Eso es todo... No es nada para preocuparse... -El rubio esbozó una tímida y fingida sonrisa.-

-Venga, le lavaré la cara y lo acostaré.

El mayordomo lo acercó al lavabo y le lavó la cara. Alois se aferró a Claude como si fuera un niño pequeño, y se quedó así hasta que llegaron a la habitación.
Allí, como siempre, lo acostó y tapó con las mantas para que no pasara frío.

-Buenas noches. -El pelinegro cogió la vela y se la acercó a los labios dispuesto a soplarla, pero antes de que lo hiciera Alois le gritó que no lo hiciera.- Bocchan...

-Claude, te ordeno que te quedes a mi lado esta noche.

-Yes, your highness...

Claude, obediente, se sentó en la cama al lado de su joven amo y apagó la vela. Notó como el rubio se fue acercando poco a poco a él, hasta finalmente quedarse apoyado en su regazo.

Alois sabía de sobra que su amado mayordomo jamas sería suyo por propia voluntad de este, es decir, sin ordenarle que hiciera nada. Simplemente no se atrevía. No quería caricias falsas.
Dio un largo suspiró antes de dormirse y volver a tener la misma pesadilla de todas las noches.
"Puto viejo, aún muerto sigues dándome la lata" pensó el conde, antes de caer en el hechizo de Morfeo, haciendo referencia al viejo pedófilo.

El mayordomo, por su parte, no pudo evitar fijarse en la belleza que envolvía a su amo. La luz de la luna se colaba por la ventana y chocaba con la piel de porcelana del niño. Parecía un ángel.

"Parecía..."

Sintió, lo que le pareció, un atisbo de alegría, de que Alois no estuviera enfermo, pero por otra parte la intriga lo carcomía por dentro. ¿Qué hacia vomitando? ¿Porque?

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Hola, bienvenido al primer capítulo :D intentare subir pronto la segunda parte, por favor, si os ha gustado dejadme un comentario que no es cuesta nada :) Nos vemos.