Chapter 2

806 107 21
                                        


'Strange Dream'


Guardo con suma delicadeza y cuidado mis pocas ropas en la pequeña valija de cuero que mi madre me ha prestado para el viaje, como no sé cuánto durará, tendré que lavar seguido mi ropa pero no hay problema. Aún no puedo creer que iré a Inglaterra con Madeleine.

Y lo mejor es que no trabajaré, iré como su dama de compañía.

Mis padres se han tomado mejor de lo que esperé la noticia, creí que se pondrían histéricos y neuróticos al pedirles dejarme ir por mi cuenta a Inglaterra, pero al contrario y para mi sorpresa, accedieron no sin antes, claro está, preocuparse por mi.

Ellos son lo mejor que me ha pasado, desde que mis padres me abandonaron, ellos siempre han estado ahí, ayudándome a construir un futuro dado que mi pasado lo he olvidado.

Y no porque lo desee, simplemente no puedo recordar el rostro de mi verdadera madre o el olor de mi padre. Esos recuerdos sólo desaparecieron dejando lagunas en mi mente.

A veces, creo soñar con ellos, pero es imposible. ¿Porque soñaría con ellos si me abandonaron deliberadamente?

—Este te quedará perfecto, Julie— mi madre sostiene entre sus manos un ligero vestido celeste que contrasta con los sencillos adornos dorados qué caen desde las cortas mangas y se esparcen por el resto del vestido.

—Madre— sonrío y me acerco a ella —No tienes porque darme tu vestido, se cuanto te gusta guardar los vestidos de tu madre pero es tuyo, no mío; aparte no es como si fuera a ir a un baile o algo así, soy dama de compañía.

—Por lo mismo— dice mi madre con obviedad —Las damas de compañía siempre tienen que estar cerca de su señora, además no dudo que sus Majestades no vayan a asistir a un baile en algún momento.

—No puedo acepta—

—Llévatelo— ordena —Tendrás algo mío para que no me olvides.

Siento los ojos arder y no espero ni un minuto más antes de abrazar a la señora de pelo grisáceo frente mío.

—Gracias— murmuro contra su cabello —Por todo lo que han hecho por mí.

—No es nada— sus ojos aceitunados se achinan —Sabes que siempre te he amado como si fueras mi hija.

Sonrío, tomo el vestido y lo meto a la valija junto con toda mi ropa, cierro esta y la coloco bajo mi cama.

—Tengo que ir a trabajar— ella suelta de la nada al recordar que todavía es temprano.

—Yo igual— la abrazo por última vez cuando salimos de mi habitación —Te veo luego.

Camino a paso tranquilo por los pasillos de la corte, saludando a los demás sirvientes. Oigo su risa característica y me preparo para ver su rostro angelical, corre hacia mi con sus pequeños rulos dorados rebotando y una adorable sonrisa.

El príncipe Mickaël me abraza por las piernas antes de que me permita ponerme en cuclillas para saludarle.

—Hola, pequeño— sonrío y lo sujeto por sus pequeños hombros —¿Qué haces corriendo? Te puedes tropezar.

—Madie me dijo que vienes con nosotros— respira agitadamente pero su sonrisa no se borra —¿Es verdad?

—Claro que si, su Alteza— frunzo el ceño —Tengo que cerciorarme que no le rompas el corazón a ninguna niña inglesa.

El ríe cuando mis dedos le hacen cosquillas en su cuello, se retuerce bajo mi toque y le sostengo con cuidado para evitar que se lastime.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 10, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

C R O W N  | S.M   [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora