Harry estaba acompañado de una chica rubia, de ojos azules, piel blanca y perfectamente estirada. Delgada y alta. ¿Por qué me afectó tanto que ese chico estuviese con una chica? ¿Por qué me impresionó? Ni siquiera entendía por qué me había echado para atrás.
-Esta es Perrie. – Dijo acercándose a mi y presentándome a aquella chica de nombre inglés.
-Encantada. – Dije sonriéndola. –Yo soy Anto Ella me sonrió y me dio dos besos.
-¿Vamos a tomar algo? Así nos conocemos más. Perrie estará mucho aquí. –Esa frase dicha por Harry me aclaró que sería su novia o parecido a eso.
-No. No gracias.Vallan ustedes. Me quedaré acomodando mis cosas. Aún no tengo todo colocado. – Negué con las manos y a la vez, con la cabeza
-Está bien. – Dijo él. tomo su chaqueta y abrió la puerta dejando pasar a aquella chica tan guapa primero.
La gran casa se quedó en silencio. Eran apenas las 4 de la tarde y yo no tenía nada que hacer. Ya había acomodado mis cosas. Así que, di una vuelta por las habitaciones que me quedaban por conocer. Todas eran grandes y tenían la misma distribución. Algo me llamó, quizá la curiosidad, para que volviese a entrar a la habitación que pertenecía a Harry, así que, así lo hice. Abrí la puerta y me rodeó una fragancia que olía a él. Debería de haberse echado colonia pocos minutos antes y el olor aún permanecía. Observé mi alrededor y vi la estantería que estaba llena de fotografías. Tenía pinta de que esa chica, Perrie, sería su novia. Tenía muchísimas fotos con ella. Seguí mirando fotografías y de repente me encontré una preciosa.