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– Dime ¿Por que estas aquí y que ha–hacías husmeando entre mi mi– mis cosas? – Exigió Rick con rudeza, casi escupiendo en su cara.

– ¡No lo se! ¡Te juro que no se por que me enviaron aquí! – Trataba de zafarse del agarre del mayor.

– ¡Oh! ¡Pero si sabias donde estaban mis químicos! ¿Eh, perra? ¡Contesta!

Ella se harto de los gritos, sentía como la piel de su abdomen palpitaba y le dolía, sintiendo el ardor recorrer cada centímetro para extenderse mas allá. Como pudo lo empujo con sus pies derribándolo, y prosiguió a encontrar la manera de abrir la puerta pero sus dos manos juntas eran muy torpes para quitar un simple seguro la puerta. Rick se coloco nuevamente de pie, busco entre su bata y saco la misma arma que había utilizado con Morty en la noche. Disparo a quemarropa observándola caer en el piso en un golpe seco. Ella tenia sus músculos dormidos pero aun seguía consciente.

– No... Aléjate... – Suplicaba débilmente, su cuerpo estaba tumbado en el piso en posición fetal, su torso un poco al descubierto dejando ver a Rick justo lo que estaba buscando. Estiro su mano para buscar una jeringa encima del escritorio y ponerse a su altura, levanto un poco el borde de su blusa su piel estaba pálida y lo que mas resaltaba eran aquellas marcas de las que se podían ver gotas de sangre como si de una quemada tratase. Con aguja en mano inserto en su brazo y extrajo la cantidad necesaria de sangre, si ella portaba algo infeccioso debía por lo menos encontrar una cura para prevenir a su familia.

Una vez extrajo todo, Ella por fin cayo dormida. Rick se quedo observándola unos segundos... Esta mujer lo había desafiado, claro, perdió su semblante una vez la tuvo entre sus brazos, pero sabia que era por aquella marca que se dejo dominar, el que descubriera eso la doblegaba, algo le preocupaba. Debía regresara, no deseaba verla pero tampoco quería poner a su familia a preocuparse por alguien que ni siquiera conocían.

Rick abrió una escotilla que daba directo a un sótano, y sin remordimiento tiro su cuerpo dentro. Bajo y la coloco en una pared atada de manos y pies para que no intentase nada, la blusa de Summer se había manchado con pequeñas gotas de su sangre, lo curioso era que estas gotas parecían tener un color verde azuloso muy oscuro, mientras mas joven fuese la gota mas clara era, algo no muy peculiar viendo que lo que le había extraído había sido sangre común y corriente, roja, carmesí. Rick bebió de la petaca y luego limpio su boca, subió de nuevo al laboratorio con la muestra de sangre en sus manos y se dispuso a averiguar todo lo que pudiera sobre aquella mujer.

El joven Morty vagaba por la casa como un alma en pena, desde que había llegado la mujer su casa no había cambiado en absoluto pero no dudaba en que la presencia de la mujer faltaba, y su abuelo además andaba muy paranoico, ya era casi la hora del almuerzo y ambos faltaban. Morty avanzo hasta el laboratorio de su abuelo sin ser notado, quería averiguar lo que seguro el pensaba.

Su abuelo seguramente la conocía.

Y de seguro estaban juntos en este momento – Morty... – , el chico se sorprendió.

– ¡Oh! Si ¿Qué? Mama... – Morty se giro bruscamente haciéndose el desentendido cuando su madre casi lo pilla entrando a el laboratorio.

– Dile al abuelo que el almuerzo estará listo dentro de poco, y si vez a Ella dile que también venga a comer. – Morty asintió poniendo en marcha su plan para descubrir a su ebrio abuelo.

Morty entro al laboratorio de su abuelo como si nada – Abuelo, mama dice: Que vamos a almorzar. – , se acerco por detrás a su abuelo.

– ¡Morty! ¡Muchacho que bueno que estas aquí! – Grito con alegría su abuelo, mostrando un rostro marcado por la falta de sueño – Necesito ir al baño, por favor cuida de esto por mi. – le dio un pequeño circulo de vidrio con un liquido carmesí en el. Morty hizo una mueca de asco ¿Era posible que eso fuese sangre? – No lo dejes caer, y si escuchas algo ignóralo. – amenazo para salir corriendo por la puerta.

Solos [Rick Sanchez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora