lobo equivocado ;; seongwoo (ateez)

cinco

Decir que la cena estaba incómoda era una pasada, estaba súper incómoda y más teniendo a ese omega mirándome fijamente. Pareciera que no disfrutaba su comida con tal de analizar mis facciones, y no las analizaba de manera linda.

Me estaba escaneando de una manera insoportable, tanto que gire mi cabeza hacia la derecha encontrándome con un San todo embobado y riendo por los chistes del tal YunHo, mientras que JongHo parecía reír el doble que San, ambos en una competencia por ver quien ser reía más.

Par de estupidos.

«Deja de ver a tus hermanos con su alfa y presta atención a ese bello omega de enfrente.»

¿Qué no ves como me mira?

«Claro que lo veo. Me gusta, me encanta. Es un omega dominante, de estos no se ven todos los días SeongHwa.»

Osea que va a ser un maldito infierno.

«¿Por qué? Sabemos perfectamente que somos un lobo sumiso.»

¿Sumiso? Mejor cállate, no me hagas reír. ¿Quieres?

-Iré al baño. Permiso. -Me levanté rápidamente de la mesa y subí escaleras arriba.

Cuándo salí del baño todo mi cuerpo fue dado de lleno contra la pared por un par de manos, lo bastante fuertes.

-Mira, seré claro contigo. No pienses que soy como esos omegas idiotas que se dejan pisotear por un alfa, tampoco creas que voy a estirar mi cuello tan fácilmente para que me marques. ¿Entendido?

-¿Qué carajos dices? Tranquilo herma...

-No soy tu hermano. Soy tu omega.

-Okay...

-Haremos las cosas bien, sin parecer desesperados. Quiero terminar mi carrera antes de terminar en cinta. Tampoco quiero que me marques, no sin al menos conocernos lo bastante bien. Quiero ir lento pero seguro.

-Ajá. -¿Qué se suponía que debía responder a esto?

-¿P-puedo hacer algo? -Su tono de voz cambio completamente, ahora era suave, pero no perdía la sensualidad.

Me estremecí cuando me abrazó, sus brazos eran fuertes, y rodeó mi cintura pegando su cuerpo al mío, parecía aspirar mi aroma. Sentía como su respiración golpeaba con la piel desnuda de mi cuello, e involuntariamente rodee mis brazos en su nuca. Y así nos quedamos un momento, su olor era sumamente débil, apenas podía sentir el dulce aroma que tenía, contrario a su personalidad desafiante.

Por ese momento me sentí pleno, como si tuviera toda la paz del mundo, como si todo fuera perfecto. Pero se evaporó apenas el se separó de mí, dejándome un vacío.

-Tienes un rico olor a limón.

-¿Limón?

-Si, aunque parezca mentira es mi cítrico favorito. Parece que llevamos destinados desde que nacimos. -Sus ojos comenzaron a brillar mientras miraba mis labios.

No pude decir más nada, tenía sus labios contra los míos, acarició con ímpetu, tomó nuevamente mi cintura y esta vez atrajo mi cuerpo al suyo, su mano derecha viajó hasta mi mejilla, dándole suaves caricias con las yemas de sus dedos, mi piel ante el tacto se estremecia, quería que me tocará así por el resto de mi vida. Pose mis manos en sus caderas y el beso se intensificó, paso de ser suave y delicado a pasional.

-Oh... vuelvo más tarde.

La voz de MinGi resonó por el lugar e inmediatamente me safe del agarre de WooYoung y miré a mi cuñado.

-Este... Emm...

-Tranquilo SeongHwa, está bien. -MinGi nos sonrió y bajó nuevamente sin decir otra palabra.

-¿Estás mejor por lo de hoy? -La voz de WooYoung invadió mis tímpanos de manera placentera y voltee mi mirada a él.

Jodidamente hermoso.

-S-si. -Susurré y miré hacía un costado.

-¿Vamos para abajo?

Asentí, y me encamine hacía las escaleras, pero tomo mi muñeca derecha y de un tirón me atrajo hacia su cuerpo y me besó nuevamente.

-Ahora si vamos. -Sonrió y se adelantó. Dejándome como un tonto embobado.