La Belle

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Antes de empezar me disculpo. No fueron los hermanos grimm los autores de la bella historia si no, un@ autor francés llamado Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve jeje. Ya aclarado esto disfruten

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El castaño levanto la mirada topándose con los zafiro de un Alpha fornido de cabello azabache. El Alpha lo rodeo analizándolo.

— Hola Bell.

Menciono tomando el libro del omega y Ojeándolo sin poner atención a su escritura.

— Gaston, ¿podrías darme mi libro?.

—¡No esta ilustrado! Que aburrido.

— Muchas personas usan la imaginación.

Dijo rodando los ojos ya que el libro traía ilustraciones cada veinte páginas, sin embargo el ciego de barbilla partida era muy terco como para contradecirlo.

— Bell, Ya es tiempo de que dejes todos tus libros y le prestes atención a algo mas importante.

Dijo soltando aquel libro que cayo en el lodo. El castaño al querer y a recoger el libro fue detenido por el pie de Gaston que se interpuso en su camino.

— a mi.

Dijo con una sonrisa mostrando sus brillantes dientes. Al fondo se escucho el suspiro de unas rubias trillizas las cuales se suponía debían cuidar las ovejas.

— ¡Todo el pueblo habla de ti! No es bueno que un Omega lea, eso le da ideas. ¡Lo hará pensar!

Expreso con una mueca de asco mientras negaba. En cambio Bell solo suspiro negando con la cabeza.

— Gaston, De verdad eres primitivo.

Dijo tomando su libro y limpiándolo con su pañuelo con bordados rosa claro casi imperceptibles en el antes pañuelo blanco. La verdad sentía de cierta forma lástima por la forma en que los omegas eran tratados y también por la forma de pensar del Alpha.

— Ja Ja, Gracias Bell, ¿Que tal si vamos a la caverna? Te mostrare mis trofeos y Todas las pieles que conseguí.

Dijo rodeándolo con el brazo y guiandolo a ese lugar sucio y Apestoso lleno de Alphas infieles y tontos. Sin embargo el Omega se deslizó debajo del brazo del Alpha y camino a su casa.

— Tal vez en otro momento, debo ir a casa a ayudar a mi padre.

En eso trillizas omegas le vieron con desagrado y empezaron a murmurar.

— ¡Que tonto es!

—¡Esta loco!

—es tan lindo

Dijo la ultima viendo al Omega con ternura.

— ¡Ese anciano chiflado nesesita mucha ayuda!. ¡Pero de un loquero!

Menciono un omega llegando al lugar y colocándose junto al Alpha que reía a carcajadas junto a este sin pudor alguno sacándole un leve sonrojo al omega recién llegado.

— ¡No hablen asi se mi padre!

—¡Si! ¡No hables así de su padre!

Exclamó soltando un golpe al Omega que cayo al lodo.

El Bello y La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora