Un hijo que fue gato

El inicio

Desde que nació, desde aproximadamente las 6 de la mañana de aquel 26 de junio de 201... 1? Esa es otra cosa que me atormenta... no recordar siquiera con exactitud la fecha de los acontecimientos... desde entonces mi vida es otra.

Esa mañana yo habría seguido durmiendo, como todas las demás en aquel entonces y hasta fechas muy recientes. Pero... algo estaba por suceder, y era el nacimiento de una camada de gatos muy especial.

Nenuca (o Ñuka como la llamaba yo siempre) iba a tener su segunda camada de gatos, cosa que en realidad no era buena ya que encontrar casa para todos ellos era francamente difícil. Sin embargo yo, como niña ilusionada que era, estaba contenta de tener tantos cachorros en casa y verlos siendo amamantados, comiendo, jugando... recuerdo que pasaba hasta horas mirando como buscaban la leche de su madre, sus peleas internas, como desarrollaban su personalidad... mi madre llegaba a preguntarme si no me aburría de mirarlos, y para nada. Esa era mi TV, mientras todos la veían, incluidos mis padres, yo observaba a los gatos.

Pues así ocurrió. Esa mañana Ñuka tuvo a sus crías, 7 concretamente, un número bastante alto de animales en un hogar de poco mas de 50 metros cuadrados... sin la terraza a saber como habríamos acabado, hasta arriba de gatos, que ya lo estábamos porque con la nueva incorporación de seguro eran ya mas de 12 en casa.

De esos gatitos los había muy diferentes; uno era blanco, ese por desgracia moriría pocos días después de nacer, aún recuerdo como subí la Alcazaba con mi madre buscando un lugar para enterrarlo.

De los restantes 6 había también uno naranja, que tiempo atrás habría estado buscando desesperadamente tras la muerte trágica de Viguico (da para otro capítulo o lo que sea esto).

Entre los 5 grises rayados había una gatita muy pequeña, delgadísima, que creíamos incluso que no sobreviviría pero que se antepuso a las leyes de la naturaleza y consiguió sobrevivir. Tuvimos que darle paté en lata incluso porque al parecer la leche de su madre no era suficiente, y cuando tenía hambre parecía murmurarlo incluso, parecía decir "comer"

Y se quedó con ese nombre, Comer, he de decir que no será el nombre más raro visto aquí...

Otra gatita era una normal y corriente, una que parecía tener un pelo de color más pálido, y no sé en que momento ni por que, la llamaba Lafoto, sin mas.

Entre los más bonitos estaba uno llamado Artesano (tampoco sé por que le llamaba asi), tenía el pelo largo a diferencia de sus hermanos, si mal no recuerdo también era un poco más oscuro, se podría decir que parecía el casanova de la familia.

Ahora me falta uno... y me decepciono conmigo misma.

Apenas tengo recuerdos de esta otra gata, sé que era también de constitución ligera como Comer y muy exploradora, y que las adoptaron juntas, pero poco más... y es algo frustrante.

Y en realidad hasta aquí van 6... el último... Dinoso.

Solo era Dinoso. No destacaba por nada especial, no era una belleza como Artesano o el gatito naranja ni un superviviente como Comer, solamente era un gato bastante tranquilo que solo era algo curioso cuando empezó a verse que su pelo parecía canoso. Y es que así se llamó un tiempo, Canoso.

Desde que nacieron yo sabia que me iba a quedar con uno, solo uno. Tenía dos meses para pensarme con cual, entre los 6 candidatos descartaba un poco a las hembras, porque a mis padres no les haría gracia tener otra gata pariendo.

Pese a ello mi madre adoraba a Comer, y quién no, era demasiado adorable, también cariñosa y tenía bastante energía para lo chiquitita que era. Esa era una candidata, aunque por su condición de gata se descartó un poco.

Como ya mencioné años atrás tuve un incidente con un gato naranja, así que habría sido bastante lógico que me quedase con el, hasta yo lo pensaba, pero tampoco me cerraba a otras opciones.

Artesano, por su parte, era muuuuy bonito, pero en cuanto a carácter no era la gran cosa, y no me logró convencer.

Y es que sería cuestión de tiempo que supiese con certeza a quién quedarme...