Capítulo 5

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Apenas toco la almohada Isabela quedó completamente dormida. Su mente dormida divagaba sin rumbo entre sueños y pesadillas. Conoció los andes, enfrentó a una serpiente y conoció a una chica morena llamada Malena Ríos. Solo era algo con que soñar.

La mañana siguiente Isabela despertó con las primeras luces del alba que entraban por la cortina. Se levantó vestida y le costó recordar lo que pasaba. Se miro en el único espejo de la habitación. Trato de peinarse con las manos lo más que pudo y se aliso la ropa. 

Bajó las escaleras a toda prisa. En la cocina se encontraba Bruno desayunado le sonrió y la invitó a sentarse. Mientras le trajó un café y tostadas de la cocina.

-Muchas gracias y buenos días - le dijo Isa

-No hay de que - le contestó el

Bruno llevaba un buzo de manga corta azul y los mismos vaqueros de ayer. Isabela continuaba pensando en lo hermoso que era. De todas formas ya tenía que partir.

-Bueno, me tengo que ir. Fue un gusto conocerlos y muchas gracias. ¿Cuánto le debo?

-No me debes nada, fue solo una noche. ¿Segura que te vas?

-Emm si, gracias...

Cuando salió del edificio le pareció ver a alguien, pero seguro fue solo una ilusión. Había quedado de encontrase con el mecánico en el portón.

Allí estaba el esperándola, con su pelo revuelto y el mismo enterizo de ayer. Sus ojos azules la miraban fijamente. Sus manos se ocultaban detrás de su corpulenta espalda.  Aquella apariencia le daba un aire misterioso y por desgracia terrorífico.

Cada vez estaba más cerca, cada paso era uno más para irse. Cada paso la llevaba más cerca a su fin.

ISABELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora