37-¡¿Por qué Ian?!

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Sam p.o.v.

–James ve a joder a otra persona y dejame en paz– dije cerrando mi casillero de un tirón.

–¡Sam por favor dime su nombre!– Me suplica James por décima vez.

–¡Que no!– exclamo harta de su insistencia– Emma no quiere que le hagamos daño a ese chico, solo fue un accidente.

–Ni tu te crees eso, mi novia es una persona inocente que cree que todos en este planeta somos buenos, pero tristemente hay excepciones.

–Tienes razón yo no me lo creo, pero no te diré nada.

–¿Y si me lo escribes?, no me estarías diciendo nada.

Yo lo miro mal y sigue insistiendo para que acceda.

–Dame tu mano–le digo después de cinco minutos sacando un bolígrafo de mi cabello, él me mira extrañado y decido explicarle– Es un lugar muy seguro allí dentro, y nunca se me ha perdido nada...espera ¿y mi dulce?–digo revolviendo mi cabello.

–Súper seguro– dice riendo y tendiendome su mano.

Yo anoto el nombre del puto  que le lanzó un balón a mi bebé en la cabeza y me agradece.

–Espera, ¿tu piensas que irás sin mi?– le pregunto con el ceño fruncido.

–¿Si?.

–¿Estás mal del casco? Iré contigo, no dejaré que te las cobres solo.

–Esta bien.

Empezamos a caminar por los pasillos del instituto hasta que paro en seco al escuchar la voz de Em llamándonos.

–¡Hey esperenme!– gritó mientras corría para alcanzarnos– ¿A dónde van? Voy con ustedes.

–Cariño no puedes ir– le dijo James abrazándola por detrás.

–¿Por qué no? – pregunta cruzando sus brazos.

–Porque iremos a...coser digo correr– le explicó James nervioso– Y como soy buen novio y sé  que no te gusta correr, no te invité.

–Tienes razón, nos vemos después– dijo despidiéndose de él con un beso para dirigirse a la cafetería rápidamente.

–¡Ugh! ¿Siempre son así de melosos?– pregunto con cara de asco.

–Sip, ella es lo mejor de mi día– dijo a lo que yo respondo fingiendo arcadas– ¿Jamás te has enamorado?.

–Sip, muchas veces siendote franca, y son amores duraderos que nunca se acaban.

–¿Amores? ¡¿Son varios?!.

–Si, tengo el helado, la pizza, el chocolate... y lo bueno es que nunca me hacen daño, como lo harían los chicos.

–Algún día te enamorarás de alguien tanto que no querrás separarte de él ni para ir al baño.

–Creo que paso, si no sufro de pobreza no sufriré por un chico– él sólo niega con la cabeza y suelta una risa por lo bajo.

Caminamos al salón de nuestro objetivo: "Junior Diaz".  Y ¡rayos! está con la profesora pasita, ella siempre se tarda en dejar salir a los estudiantes.

–¿A quien esperan?– pregunta una voz femenina a nuestras espaldas.

Los dos nos giramos para encontrarnos a Dani y  Alli mirándonos  extrañadas.

¡Mierda Alli! Ella me matará si sabe que vamos a amanezar amablemente al culpable del balonazo.

–Fue idea suya– dijimos al unísono señalándonos entre si.

Chicas al AtaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora