Narra Evangelyn.
Pase varias horas pensando, recordando o más bien forzando me a recordar algo, pero todo era tan inútil, el único recuerdo existente y continuo del asesino era el cuerpo tirado de mi madre y más que nada el rojo, todas las paredes embarrado del rojo carmesí de la sangre de aquella que fue mi madre.
-Porque tuvo que ocurrir todo esto- Tome mi cabeza con mis manos.
De repente el murmullo de la gente de tras de la puerta de entrada principal me interrumpieran por lo que me acerco lentamente para así lograr escuchar mejor lo que decían, lo único que logre escuchar era >>no ha salido, será mejor que llamemos a la policía<<. Tras escuchar eso rápidamente salía corriendo a mi habitación guardando en mi mochila, ropa o por lo menos es lo que recordaba, debido a que mi cuerpo empezó a guardar las cosas de manera desesperada no podía mover lo o por lo menos eso reaccione cuando estaba en la cocina terminando de guardar una lata de quien sabe que, en una bolsa de mano.
Mire que llevaba contándolos con los dedos, una mochila a punto de explotar, una maleta color negro el cual tenía amarrada una caja arriba suyo con una cuerda, la bolsa de mano, al igual que ya traía puesto un suéter largo de color negro. Sin fijar me en más, escapo por lo puerta trasera no sin antes mirar hacia atrás, admirando por última vez mi casa, donde nací y crecí hasta ahora.
-Hasta luego-me despedí.
Mira hacia el frente quedando en shock total, era el bosque donde Salí, el bosque de asesinos, todo este tiempo estuvo alrededor de donde vivía y nunca me di cuenta.
-No es.. Posible.
De repente el sonido de la patrulla legar al frente de mi casa me regreso en mi misma así que corrí hacia el bosque al fin y al cabo ya no tenía nada que perder, en realidad quiero morir.
-Dios mata me.
Narra Jack.
Me recargaba en el marco de la puerta, ahora sabía que no era necesario que abandonara el centro de asesinato, sin embargo aquel beso me había dejado una extraña sensación de devorar la, no es que fuera un caníbal o incluso un descuartizador, era un psicópata asesino, pero esta sensación que me recorría realmente me gustaba, me gustaba y mucho.
Realmente debo matar la, para que esta sensación desaparezca, probablemente es lo que pide mi cuerpo, hacer que el suyo explote y me permita ver toda su sangre envuelta en mi cuerpo y el suyo.
Narra Evangelyn
Miles de maneras en las que yo pueda morir aparecían en mi cabeza, pero ninguna era tan rápida y desgraciadamente eran de una manera que no me gustaría morir y estoy en contra de eso....el suicidio.
Entonces nuevamente la escena de ese momento, el día en que lo perdí todo una vez más apareció en mi mente, por lo que comencé a caminar sin un rumbo fijo, mientras intentaba sentir algo, cualquier cosa, pero lograr tener algún tipo de emoción y aun así no había nada, hasta que termine al frente de una puerta, la cual reconocía bastante bien.
Narra Jack.
Terminaba de reacomodar mis cosas en aquella bodega después de volver y saber que no corría riesgo de ser descubierto por la policía, por lo que una vez finalizado todo notaba que me encontraba cansado, después de todo era humano, o por lo menos mi cuerpo lo era porque mi mente bueno no estaba seguro de que lo era.
Tome mi guaraña mientras empujaba con mi pie un pedazo de la pared del lugar que realmente no estaba bien ensamblada dejando me salir con facilidad o por lo menos llegar al árbol que se encontraba a medio metro del compartimiento el cual con tan solo tocar con el filo de mi guaraña (el cual era la llave) me permitió la entrada a la guarida succionando uno de los lados del árbol dejando ver unas escaleras dirigidas hacia abajo del suelo.
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El ángel del demonio
Random¿Qué harías si tu familia muriera?... ¿Qué harías si apareces en un lugar nunca antes visto? ¿Vivirías? ¿Morirías? ¿Te suicidarías? O simplemente ¿sonríes?... una sentencia que solo dios podrá cambiar -tu...¿Quién eres? -mi nombre...mi nombre es...