Tres

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― Marinette ¿Enserio no me estas ocultando algo? ― Cuestionó la morena a su amiga, quien se encontraba levemente nerviosa, revisando a cada tanto el noticiero en línea de París ― Has estado así toda la semana ―.

No llevaban mucho tiempo de entablar amistad, mucho menos de conocerse, pero Marinette era un libro abierto con su repertorio de acciones descontroladas que, demostraba cuando se encontraba nerviosa.

― No, para nada ― Negó, haciendo un extraño movimiento con su mano para que no se preocupara, o eso quería entender Alya ― La verdad es que estoy muy al pendiente del reporte del clima ― Se sintió mal por mentir, pero realmente no iba a revelar lo que en realidad pasaba.

Después de esa breve platica con quien ahora ella llamaba Chat Noir (Solo para sus adentros, no se atrevía a decirle a alguien más), se encontró a si misma al pendiente de las acciones que llegaba a realizar a lo largo de París.

Y si bien, unas parecían ser pura destrucción brutal sin moralidad o escrúpulos, otras simplemente reafirmaban su pensamiento que había compartido con él.

― ¿Saldrás a algún lado? ― Una voz diferente resonó en sus oídos, era Adrien quien había ingresado al aula, ella por supuesto que no se dio cuenta al estar metida en sus pensamientos. Él se acercó hasta su pupitre, que se encontraba justo al frente del de ella.

Adrien intentó no sonreír divertido cuando la vio crisparse en su asiento, intentando balbucear algo medianamente correcto.

― Mi terraza ― Logró pronunciar de manera cuerda, trastabillando un poco el acento. Marinette había vivido gran parte de su vida en China con sus padres, pero ellos habían decidido volver a París por razones de economía, donde pudieran seguir con su negocio de manera fructífera. En ocasiones, ella llegaba a entremezclar ambos idiomas sin tenerlo en cuenta ― Usualmente salgo a mi pequeña terraza a dibujar, la vista me inspira un poco ― Comentó mientras sus dedos se removían nerviosos.

No era del todo una mentira, así que tampoco se debía sentir tan mal.

Adrien sonrió para sí mismo, él sabía aquello más que bien.

Y no, no era un acosador, solo que cuando tenía la oportunidad de pasar por ahí la observaba desde las sombras, solo eso.

― Hey, viejo ¿Tendrás los apuntes de química de ayer? No logró entender mi propia letra ― Nino llegó por la espalda del rubio, saludando con una mano a sus compañeras y colocando la otra sobre el hombro de su amigo.

El que tenía herido, y él no sabía nada.

Intentó no soltar una queja de dolor cuando esto sucedió, incluso intentó poner el mejor rostro posible por qué no podía darles una explicación sobre aquella herida inofensiva. La única que sabía sobre ella era Marinette, pero no tenía idea de que era él a quien había auxiliado noches atrás.

― Claro ― Murmuró con dificultad, soltándose del agarré de su amigo para volverse a su pupitre y buscar en su mochila el dichoso cuaderno que necesitaba.

Marinette observó sus movimientos rígidos, preguntándose si se encontraba bien.

Después de todo, le tenía aprecio, igual como lo tenía hacia Nino y Alya.

Pero no podía dejar de pensar que Adrien Agreste era extraño, y que ocultaba muchas cosas, de las cuales estaba segura que sus amigos no sabían.

No era su asunto, no estaba segura de ello tampoco, así que levanto sus hombros, restándole importancia y dirigiéndose a Alya, quien se encontraba enseñándole nuevas fotos sobre los acontecimientos nocturnos, donde Chat Noir había actuado.

No un villano [Miraculous Ladybug AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora