- Todo empezó el curso pasado cuando empecé a salir con Valerie. Ella andaba enamorada en silencio de mi, como todas.- se ríe y bebe un poco de su café
- Zeeev....- pongo los ojos en blanco, este chico es de lo que no hay.
- Vale vale, el caso es que su ex era Jason ademas de ser mi mejor amigo, seguía y sigue enamorado de ella hasta las trancas pero por lo que se él la pegaba a ella. Es un asqueroso, en parte ese es uno de los motivos de nuestra rivalidad. La ayudé a separarse de él y poco a poco surgió algo entre nosotros sin quererlo así que empezamos a salir. Él y su grupito de amigos estirados me cogieron un día en una de las fiestas, me pegaron una paliza, me drogaron y me llevaron a la biblioteca, a uno de los sótanos que hay en ella.- se revuelve incomodo en su silla y tose un poco
- ¿Qué pasó?
- Una vez desperté y recuperé la conciencia me obligó dejar a Valerie y unirme a su fraternidad secreta. Pero les dije que no, no quería formar parte de eso y hacerme amigo de un agresor, a parte no quería dejarla.
- ¿Entonces?
- Entonces se le fue la puta pinza. Me quemó en el costado con un hierro. Tras esa advertencia me di cuenta de que no era un simple juego, era algo más serio.
- Pero deben de esconder algo, si hubieras accedido a integrarte en su pandilla ahora sabrías lo que hacen y estaría en tus manos el poder de arruinárselo.
- Hagan lo que hagan no pinto ahí, si me tengo que acercar lo máximo posible a ellos sin que se enteren pues mejor. Tengo unos principios y no sigo a un psicópata de la vida. Por eso estaba intentando investigar o coger alguna información, debo devolvérsela por lo que me hizo.
- ¿No lo denunciaste?
- Tiene dinero y contactos, ya me avisó de eso. Y en parte ya lo sabía, se como funciona su mundillo de estirados. Oye te toca decirme qué hacías tú por allí. ¿Te tengo que recordar constantemente de que te mantengas alejada? O te tendré que atar como
- Ja ja, muy gracioso.- me observa con picardía en los ojos. Lo miro a los labios y él se los lame. Ahí está otra vez, me provoca y mi cuerpo reacciona dándome calor justo ahí.- Hacía lo mismo que tú, solo que no tenia intención de quedarme ahí toda la noche. Entré antes y cerraron dejándome allí dentro así que...- dudo en si contarle lo que encontré en la estantería o guardármelo para mí. Aunque a decir verdad el me ha contado más cosas de las que yo seguro que no podría saber nunca y odio sentirme tan sola en esto, siento que Zev me podría ayudar y seremos buenos cómplices. - encontré algo.
- ¿Qué?.- me mira atónito
- En la biblioteca...
- ¿El qué?.- se acerca más hacia mi tanto como puede estirando los brazos hacia delante en la mesa, queriendo hacerme saber que lo diga en voz baja asi que hago lo mismo, me acerco y nuestras caras están a muy poca distancia, tanto que puedo percibir el olor a su aliento del café.
- Un álbum, en él contenía fotos de chicas con sus nombres y apellidos. Algunas estaban tachadas en rojo con una gran X, otras no tenían nada y... luego aparecí yo.
- ¿Qué cojones pintas tú ahora? ¿Qué aparecía en tu foto?
- Estaba rodeada varias veces con un círculo. Vienen a por mi.- le enseño las fotos que le hice al álbum una por una hasta que llega en la que salgo yo.
- Joder ostia puta!!!!.- da un golpe en la mesa con el puño y pego un brinco en la silla. Todos los de la cafetería se detienen y nos miran. - ¡lo siento!.- se dirige al resto rojo del enfado y me vuelve a mirar.- lo siento Malia... ¿sabes algo más?
- Tengo algo más.- saco del bolsillo de mi pantalón el regalito de esta tarde y se lo enseño.- Lo recibí hace unas horas delante de la puerta de mi habitación, no se de quien es ni de donde viene pero...
- No puede ser.- me lo quita de las manos y lo mira detenidamente. Se queda en shock ante la situación y yo no sé si quitárselo de las manos o dejarle por unos segundos más. Se pasa la mano por el pelo y lo noto algo estresado, veo que no ha dormido en días por sus ojeras, le miro los nudillos y ya los tiene curados del todo desde aquella noche. Si me pidieran describir a Zev justo en este mismo instante diría que esta asustado pero no quiere mostrarse débil, es un chico fuerte y salvaje de vez de cuando pero cierta oscuridad lo rodea y pide a gritos en silencio que alguien lo ayude. Lo tiene todo, es guapo, sexy, todas las chicas giran sus cabezas para mirarlo, además de que tiene un buen nivel académico por lo que he oído, y por otro lado, tiene cierto toque de siniestro y salvaje. Pero tiene puntos débiles como todo el mundo y de algún modo u otro siempre me los muestra a mí, es como si nadie más le conociese tanto como yo lo hago. Lo siento por él, le hicieron mucho daño aquella noche y fue un gran trauma por lo que tuvo que pasar. No me imagino el dolor de eso ardiendo y clavándose en su piel, recordándolo por siempre aquel momento. Le quito de sus manos temblorosas el trozo de hierro que seguro que pertenecía a un atizador de chimeneas, me lo guardo y le cojo de las manos acariciándolas.
- ¿Quieres decir algo?.- lo miro con cara de preocupación y levanta la mirada hacia mi.
- Vámonos, necesito aire fresco.
YOU ARE READING
Into The Wild
RomanceMalia es una chica hawaiana de 18 años que se afronta a su primer año de la universidad en el estado de Washington. Todo pinta perfecto hasta que se choca de bruces con uno de los chicos más temidos, deseado y sexy que haya conocido nunca. Ambos tie...