He estado tan metida en los estudios de la universidad, entre lo de Zev, mi compañera de habitación y el gran secreto que ahora nos une, que ni si quiera he tenido tiempo de hacer realmente amigos. Ellen ya no cuenta tanto como al principio porque me empecé a distanciar y a ella le pareció no darle importancia. Es verdad que en clase nos juntamos y nos seguimos llevando muy bien, pero la cosa fuera de la clase se ha enfriado. No soy buena a mantener relaciones de amistad, y si ni si quiera sé hacer eso, no me quiero imaginar cuando esté en una relación con un chico.
Uno de los amigos de la pandilla de Val y Zev, se acerca hacia a mi sigilosamente mientras estaba despistada mirando cosas en el móvil sin sentido.
- Hey qué pasa nena, ¿quien eres tú? ¿La nueva amiguita de Zev?.- me dice ese chico de piel pálida, con el pelo negro y el aliento oliendo a tabaco.
- Primero, no soy tu nena y segundo, no soy ninguna "amiguita" de Zev. Mi compañera de habitación es Val y somos muy amigas, ¿queda claro?.- le respondo a la defensiva, este tío no se de que va pero me ha puesto de mal humor.
- Zev necesitas relajar unos 5 minutos a tu fiera.- se ríe carraspeando dirigiéndose a Zev mientras éste volvía a sentarse delante de mi.
- Josh, ¿podrías pirarte de una vez?.- Zev le dedica una mirada siniestra al tal Josh, haciendo que éste saque su culo del asiento que hay a mi lado.
Me siento un tanto incomoda ante la situación y empiezo a recoger mis cosas.
- Me voy, está claro que, bajo la mirada indiscreta de todos tus amigos, no pertenezco a este lugar en este momento. No pertenezco a vuestro grupo, así que me largo. Pensaba que íbamos a quedar los tres sobre lo que ya sabes qué.- esto ultimo se lo dije en voz baja y acercándome más a él para que nadie nos escuchase. Veo que no responde y me levanto de mi sitio en dirección a la puerta, con un puño cerrado en la garganta sin poder soltar un suspiro.
Al salir del local, mis ojos me amenazan y me castigan con un par de lágrimas. No puedo estar delante del chico que me gusta y pensar que no le correspondo. Fui valiente al aceptar quedar para hablar sobre el asunto importante, pero ya no soy valiente para pasar una velada con gente desconocida para mí, aunque esté con mi amiga y su nuevo novio.
Cojo dirección hacia la residencia aunque no me acuerde exactamente del camino. Fue Val quien me estuvo guiando todo el rato y pasamos el camino charlando, así que no le presté mucha atención a las calles.
Saco el móvil y miro la hora. Las 3 y media de la tarde, y yo sin comer nada. Me paro en un sitio que venden perritos calientes y espero en la cola de 6 o 7 personas. Me hubiera gustado segurísimo la comida italiana del restaurante de Alan, pero ya será en otra ocasión, cuando no aparezcan por arte de magia los amigos de Val y Zev. Que, hablando del rey de Roma, lo veo acercase con su coche para aparcar al lado del puesto de perritos calientes. ¿Qué querrá ahora? Me hago la loca, como si no le hubiera visto.
- No pases de mi, sé que me has visto.- dice acercándose con aires chulescos y la nariz roja por el frío.- tienes razón, no estuvo bien que aparecieran todos por la cara, pero no fui yo quien los avisó. Fue Alan.- se mete las manos en los bolsillos de sus pitillos negros y se balancea con los pies como un niño pequeño.
- Vale.- es mi turno para comprar el perrito caliente y saco el monedero mientras le pregunto cuanto cuesta.
- Trae ya te lo pago yo. Invito.- Zev se me adelanta dandole un billete al chico del puesto y me quedo un poco paralizada. Nunca se que hacer en estos momentos y le musito un "gracias" mientras cojo mi comida, que menos de 10 segundo será devorada.
Seguimos caminando lentamente hacia adelante, sin ningún rumbo, mientras le doy mis primero bocados a la comida. Le pregunto que si quiere compartirlo conmigo, es lo menos que puedo hacer.
- ¿De verdad la chica hawaiana me está preguntando que si compartimos un perrito caliente?.- se ríe mirándome mientras le doy mis últimos bocados al delicioso perrito.- espera.- nos paramos en seco y se planta delante de mi. Veo que su pulgar se esta acercando sobre la comisura de mi boca manchada por Ketchup y recoge el resto. Se chupa el dedo después de haberme limpiado y se me quitan las ganas de comer, cambiándolas por estamparle contra la pared y darle un buen beso. ¿QUE ME PASA? Estoy algo salida últimamente pero es que él me provoca. Siempre es él.
- Vale a ver, dime qué intenciones tienes conmigo ahora.- le miro queriendo parecer un poco seria pero mis labios y mi corazón dice todo lo contrario y solo espero que no me delaten, él es experto en saber justo lo que está pensando las personas. Tiro la cajita sobre la que estaba el perrito caliente y me limpio las manos mientras él me sigue mirando con esos ojazos.- joder Zev, no me mires así. Parece que te haya abducido algún alien. ¿Vas a decirme qué quieres de mi? Estoy cansada de jugar el "ahora sí" "ahora no" contigo.
Me coge de la mano y me lleva casi a rastras por el camino. Él es más fuerte y rápido que yo, así que puede conmigo perfectamente. Me lleva hasta su coche y me dice que entre en él. Le pregunto que a dónde me va a llevar y hace caso omiso de mi comentario. Pone el coche en marcha y sigue sin decir ni una palabra. Solo me mira de reojo un par de veces y tensa las manos sobre el volante, mientras salimos de aquel sitio. Pone la música fuerte del coche y yo se la bajo.
- ¿Qué haces?.- me pregunta mientras tiene la mirada fija sobre la carretera.- Déjalo como estaba por favor.- su tono es autoritario y la respiración es acelerada
- ¿O qué? Dime a donde me llevas.- le respondo mientras bajo la ventanilla del coche. Me estoy agobiando.
- Confía en mí.
No se por qué pero esas palabras me calman y siento que debo hacerlo, confiar en él. Tengo que dejar de ser tan insegura y desconfiada con la gente. Zev me ha demostrado en varias ocasiones confianza, no tengo por qué dejar de hacerlo ahora.
Un nuevo camino se abre entre nosotros mientras Zev tararea y da toquecitos con los dedos al volante, al ritmo de la canción, mientras me mira de vez en cuando de reojo.
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Into The Wild
RomanceMalia es una chica hawaiana de 18 años que se afronta a su primer año de la universidad en el estado de Washington. Todo pinta perfecto hasta que se choca de bruces con uno de los chicos más temidos, deseado y sexy que haya conocido nunca. Ambos tie...