Emilia simplemente ya no sabía qué hacer para evitar a Jungkook, sus opciones se estaban agotando y comenzaba a desesperarse.
Ya habían pasado dos semanas y media desde la última vez que lo vio, y aunque él no paraba de llamarla y escribirle, a pesar de que lo extrañara mas de lo que le gustaría admitir, no tenía el valor para verlo a la cara.
Cuando visitó la casa de los chicos su intención era clara, hablarle de su pasado, sus inseguridades y traumas de la adolescencia que lamentablemente la habían convertido en la mujer que era ahora. Hablarle del bastardo que provocó todo, Kim Namjoon.
Pero cuando el chico que una vez fue su primer amor y pero pesadilla se apareció en aquella sala, toda la valentía que había reunido se vino abajo y solo pudo contarle una parte de esa historia a Jungkook.Se sentía como una estúpida por haber confiado una vez más en la palabra de Namjoon, el que juró haber cambiado pero que en el fondo seguía siendo un cobarde. Le dijo que sería él quien le contará su parte a Jungkook y ahora ella tenía huir de él porque el cobarde no se animaba a hablar.
A veces se preguntaba porque tenía que ser ella la que sintiera vergüenza, mientras Namjoon andaba por la vida sin un rastro de arrepentimiento aparente.
Él sí podía ver a Jungkook a los ojos sin sentir que le estaba mintiendo, que la persona que tenía enfrente no le era sincera del todo. Sin preguntarse cómo reaccionaría si se enterase de todo, siendo Namjoon el que más arrepentido debía estar.Aún así no concebía el poder estar cerca de él, a pesar de que luego de la conversación Kook ni volvió a preguntar por aquel chico tarde o temprano debía saberlo.
Pero en ese entonces se sintió aliviada de contarle su parte, y que él se quedara a su lado a pesar de conocer sus errores. En aquel entonces era problema de Namjoon la reacción que pudiera tener con él.
Ahora que él se negaba a hablar y todavía tenía el descaro de pedirle que ella tampoco lo hiciera lo único que podía sentir era coraje y asco. Coraje al tener que callarse algo tan importante y no poder ser honesta con la persona que amaba, y asco cada vez que Jungkook hablaba de su hyung como si fuera algún héroe cuando en el pasado había sido una basura, y el presente un cobarde de mierda. Por esas dos razones no podía ver a Kook ni en fotos. Aunque tuviera que esperar hasta que Namjoon hablara con él, tardara lo que tuviera que tardar.Su plan para el día era pasar encerrada en el apartamento todo el día, quizás podría hacer algo de limpieza, y salir por la noche con alguna de las chicas. Aunque dudaba de esa última, sus amigas comenzaron a hartaste de esa situación y hasta la llamaban cobarde.
— Cuéntale todo a Kook, lo que pase con la amistad de esos dos no es asunto tuyo.
Pero Lillyan no estaba ahí cuando los ojos de su novio se iluminaban la hablar de Namjoon. “Mi mayor inspiración”, lo había escuchado decir una vez.
¿En qué momento había pasado de ser una rompecorazones a una cobarde miedosa, solo por un mocoso de ojos grandes y dientes de conejito, cara de bebe con cuerpo de dios griego? Bueno, eso sí podía entenderlo.
En el momento que pasaba un trapo por la mesa de la sala, el sonido del timbre en la entrada principal la tomó desprevenida, provocando que saltara del susto y mirara en esa dirección.
¿Quién podía ser a las nueve de la mañana, y por qué el encargado no le había llamado para avisar?
Seguro era la tonta de Nerea que se olvidó de sus llaves, otra vez.Pero no era la rubia quien se encontraba del otro lado.
— ¿Puedo pasar? — al ver que se había quedado como piedra mirándolo, se tomó el atrevimiento de entrar por el espacio que había entre ella y la puerta.
— ¿Quien te dejó pasar? — preguntó ella luego de salir de su asombro. Namjoon quien estaba de espaldas de ella se volteo y encogiéndose de hombros le respondió:
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Like That ⚡ Jungkook ✔
Fanfiction❝I ain't never met a girl like you, and you'll never find a man like me❞