"Destino"

CAPÍTULO I

 Konnichiwa tomodachi ❤(◕‿◕✿）

Esta es la primera historia sobre Mitsuki y Sarada, mis personajes favoritos de la nueva generación.  Admito que me gustan como se ven juntos estéticamente, pero aún son niños.  Por ende, los ubiqué en esta historia en una edad de adolescentes, por el contenido que desarrollaré.  Espero les guste y lo disfruten.  Agradeceré muchísimo su apoyo. (✿'‿')

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-I-

Nuevamente ese sueño, ahora podía hacerlo con libertad, pero se preguntaba ¿por qué siempre ella?. Esta vez no era implantación y lo mejor, le gustaba hacerlo todos los días, durante esos cuatro años que ya tenía de estar en la aldea.

Sus ojos negros brillantes, combinación perfecta con su cabello, ahora más largo; estaba más alta y sus curvas se pronunciaban en su delgada figura, sobresaliente de las demás. La recordaba a la perfección, viéndolo fijamente y besándolo con ternura. ¿En realidad nunca había besado, pero en su sueño parecía real, que hasta sentía sus labios tibios y dulces, pero siempre despertaba cuando él quería decirle algo y suponía que era importante. "Cielos, por qué es tan linda" pensó sonrojado. Inmediatamente sacó un espejo debajo de su almohada y se vio fijamente, siempre que pensaba detenidamente en Sarada sus mejillas se tintaban de un leve rojo, ahora sabia que eso era estar sonrojado, una reacción a la vergüenza, Suigetsu se lo dijo, cuando lo descubrió leyendo una revista que según él, servía para entender a las mujeres, por supuesto que Karin la destruyó al descubrir las intenciones del chico, al pretender regalarle una, aduciendo que ya era todo un adolescente y las hormonas le harían pasar malas jugadas. Sacudió su cabeza para alejar esa imagen de Suigetsu peleando con Karin.

Se centró nuevamente en su compañera. Al despertar siempre pensaba, por un largo tiempo, en esa expresión de felicidades al verlo regresar, hacía que su corazón latiera desbocado, aunado a la calidez de su contacto, cuando fue a su encuentro. EL abrazo que​ le dio, haciéndole entender que lo que ella sentía por él, era genuino.

Era su compañera de equipo y siempre la vio linda y amable con él. Porque con sus otros compañeros estaba peleando o reprimiendo sus acciones. Él mismo llegó a pensar​ que ella sentía algo por su amigo, pero ahora deseaba con todas sus fuerzas que no fuera así.

¿Celos? Era algo desconcido para él, pero definitivamente lo que por lógica dedujo que era, ahora lo experimentaba. Sarada Uchiha, repetir ese nombre le ocasionaba una alegría inigualable y que toda su piel se erizara y quisiera abrazarla, besarla y... se sentó alarmado, ¿Eso era efecto de sus hormonas?, como decía Suigetsu, estaba deseando a una mujer y no a cualquier mujer, era a su compañera y amiga, solo eso, no cabía la posibilidad de algo entre ellos.

Él, Mitsuki debía reprimir esas sensaciones, por temor a ser odiado por ella. Conociendo el carácter de su compañera de equipo, tan parecido al de su madre Sakura, le hacía tratarla con cuidado para no enfadarla. Se preguntaba constantemente, si al enojarse con él, mezclaría ese carácter maternal con el paternal, que gracias a las historias de Suigetsu y Karin podía imaginar, nuevamente esa pareja venía a su cabeza, ahora que lo pensaba se preguntaba si ellos se gustaban. Sonrió de solo suponerlo. Definitivamente al regresar descubriría si ellos tenían algo. Pero eso lo dejaría para después.

Conocía su personalidad y esconder lo que sentía, no era propio de él, pero decidió hacerlo para mantenerla a su lado todo el tiempo que fuera posible. Estaba a punto de partir, en unos días ya no la vería más, porque debía entrenar junto a su padre, necesitaba controlar algunas técnicas, ahora que ya era un joven y allí seguro sus sentimientos se quedarían quietos, tal vez, para siempre.