Notas iniciales: :v
- ¿Seb? – preguntó Victoriano creyendo que lo que veía en el suelo era alguna clase de sueño, uno de tantos que había tenido tantas veces, dio un paso con esa sensación en el estómago de que Sebastián desaparecería en cualquier momento y de alguna manera el rubio estaba harto de esperar a que el omega despertara pero al ver que el castaño no desaparecía y que, pese a todo lo contrario se quedaba viéndolo con esos ojos retadores distintos a los amorosos que tantas veces en la locura de sus noches se imaginaba supo que aquel hombre no era una ilusión ni un sueño sino que era real malditamente real - Sebastián - pronunció nuevamente con más confianza viendo en detalle las reacciones de aquel ex detective, no podía ocultar la efusividad que sentía y que por mucho que intentara claramente era obvio que no podía aun así el rubio estaba catatónico sin poder pronunciar más palabra que el simple nombre del omega e incluso su piel había perdido color como si eso fuera posible pero mostraba un semblante más jovial. La acción de mayor tenía que ser la definitiva se había imaginado este momento durante muchos meses y aunque le gustaba soñar despierto con un encuentro romántico de Sebastián tenía más en cuenta todos los escenarios grises que podían suceder, las probabilidades no estaban de su parte pero aun así era difícil acercarse a alguien a quien habías lastimado tanto. Después sus pasos vacilantes comenzaron a acercarse al castaño primero lento y después como si la distancia fuera demasiada y el tuviera mucha prisa por llegar conteniendo la respiración decidido a tomarle y no soltarle. Sebastián retrocedió un poco asustado, su cuerpo crispado se hizo para atrás por instinto y con rapidez como un animal herido induciendo a Ruvik para que se detuviera en breve sin tocarle.
- No...– el castaño murmuro con el ceño fruncido temblando viéndolo con ineptitud y planeando con que lo imposibilitaría para escapar mientras aun podía, sin creer que seguía siendo prisionero de este hombre. Rápidamente y de una manera tortuosa su memoria trajo así todas las veces en que Rubén le violara y no fue más que solo recuerdos lo que le alertaron, sus manos protegieron su vientre – No me toques Ruvik...- el rubio estando tan cerca se detuvo escuchándole "quizá esta vez pueda razonar con él" pensó Castellanos tragando saliva rápidamente - Lamento no recordar lo que le hice pero, si lo hice lo siento mucho, solamente déjame morir por favor Ruvik, ten misericordia ¿Qué más quieres de mí? – de la nada un pensamiento se le vino a la mente... ¿y si Rubén quería torturarlo aun de las maneras más grotescas? Y si no le dejara morir por venganza, pensó en el suicidio y aterrado apretó a un más su cuerpo especialmente su vientre comenzando a tiritar. La mirada de Rubén no se apartaba de su cuerpo como reclamándole nuevamente lo de la violación - ¿Por qué simplemente no te apiadas de mí y me dejas morir?, ¿a-acaso es mucho pedir que me mates?- la voz hondonada del detective mostro la debilidad del que era presa en ese momento la cual no pasó desapercibida para el menor de los Victorianos.
- No voy hacerte daño – dijo Rubén fríamente tratando de apaciguar a Castellanos pero al notar como aquellas palabras no servían de nada se aclaró la garganta y tratando de utilizar una voz sosegada y apacible continuó – tranquilízate y mírame – le dijo sin hacer ningún movimiento brusco – Eh Seb, por favor mírame -
Como era de esperar aquel no obedeció, pero al pensar en Rubén y en su tono de voz, en las torturas en aquel calabozo un dolor insoportable comenzó a agujerear su cabeza y se llevó ambas manos ahí donde el dolor se filtraba; sus ojos inconvenientemente se llenaron de lágrimas sin atreverse a acatar esa orden puesto que aquel dolor en su pecho y los recuerdos se habían convertido en algo insoportable incluso para su propia mente – N-no ¡Ugh!- algo le zumba fuertemente en los oídos, como si miles de abejas le picaran el cerebro provocando que todas las sensaciones florecieran con la piel abierta dejando expuestas sus músculos y articulaciones concibiendo que el dolor le rasgara por dentro cruelmente. El castaño que se encontraba en el suelo siguió retrocediendo como podía conteniendo un fuerte grito convirtiéndolo en un gruñido bestial hasta que topo con la pared, sus manos seguían en la misma posición en un intento vano por alcanzar el dolor que se encontraba dentro de su cabeza, arañando su sien con fuerza hasta hacerse sangrar, llorando mientras gritaba exasperado por el malestar que le provocaba sentirse atrapado en su propio cerebro - ¡No me mires! -
YOU ARE READING
The Evil Within - Yaoi
FanfictionThe evil Within (Con el mal adentro/Psycho breack) Mira como me estoy rompiendo en pedazos y Mira bien, porque lo estoy haciendo por ti. Ruvick/Seb AU ALFA Y OMEGA Gameworks.