Día 5: Mi hogar.

232 20 3
                                    


— Solo déjalos a un lado — Le dije señalando el rincón para que colocara sus zapatos.

Era un día normal, un día normal donde Park ChanYeol entraba a mi casa para una reunión normal; si, todo era muy normal.

Después de asisitir a la escuela mi madre me mandó texto diciendo que volviera con el pelirosa para una pequeña reunión. La madre de Yeol era una vieja amiga de la mía y era obvio que tarde o temprano sucedería esto, lo que no esperaba era que fuera muy rápido.

— De acuerdo. — el alto dijo haciendo lo que anteriormente mencioné — tu hogar es muy bonito. No ha cambiado nada, mamá lo describió perfectamente.

— Gracias… — le resté importancia — Ahora, la cena debe de casi estar lista. Espera en la sala, iré a dejar mis cosas. Puedes ir a él baño de aquí a secarte.

— De acuerdo.

Vi que Yeol se dirigía a pasos torpes en busca del baño, ambos estábamos empapados. Subí las escaleras y dejé mi mochila a un lado; me lancé a la cama y ahogue un chillido. Hoy en la escuela me había pasado lo peor que una vez pude imaginar.

Estaba sentada en el comedor, los chicos iban y venían y yo hablaba con mis amigas, reímos de unas cuantas estupideces, pero entonces Rosé tenía que hablar con su puta voz chillona, que me acabo de dar cuenta, hablando sobre un tema delicado.

— Park ChanYeol…

Dejé cualquier acción que realice a un lado, mi mirada se posó en la pelirroja y alcé la ceja insitando a seguir hablando.

— Bueno, he notado que eres la más cercana— comenzó — de hecho, eres la más cercana. No es por nada pero la gente de aquí no habla mucho con él a excepción de trabajos, me gustaría pedirte un favor… Me gusta Channie…

Channie… ¿Channie? ¿Son cercanos para que le llamé así? Oh no, no lo son por qué Yeol no habla con nadie. Solo es él, su lápiz y cuaderno.

Rosé seguía divagando sobre, ahora su cita, con Park ChanYeol. En la playa, en el anochecer y una cena deliciosa dónde ambos compartieran sus sentimientos.

— No creo que este interesado — respondí —

— ¿Por qué no? — Lisa habló — No es por nada pero Rosé es muy bonita, cualquiera quisiera estar con ella.

— ¿Él por lo menos te ha dado señales? — cuestione un poco fastidiada —

— Ahí es dónde entras tú, eres la única que le habla a Channie. Solo es un favor… has que noté de mi presencia.

— Park… Él y yo no somos cercanos, vecinos solamente. Igualmente solo hablamos por qué nuestras madres se conocen. Yeol es un estúpido… ¿Qué te gusta de él?

— ¡Es tan misterioso! — exclamó — ¿Sabes? Ha tomado el puesto de popularidad después de que se enfrentó contra Minho, es tan genial.

— Si no funciona con Rosé, bueno también estoy yo, ____. — Lisa dijo encogiéndose de hombros.

Ambas empezaron a discutir ahora sobre quién se vería mejor con Yeol, vamos, es realmente estúpido discutir sobre eso. Las dejé a un lado, tomé mis cosas y salí de ahí, no notaron cuando me fuí. Salí al césped, el sol estaba brillando pero no como días anteriores, una semana casi era cumplida y ya me era costumbre la presencia de Park.

Hoy definitivamente lloverá, las nubes se tornaron grises y los rayos están desapareciendo, ví a una chica corriendo hacia el lado aislado del colegio. Mi curiosidad por una extraña razón me llevó a seguirla.

El arte de olvidar. || P. C. YDonde viven las historias. Descúbrelo ahora