🌩 O C H O 🌧 (final)

911 72 10
                                    

Tocó la puerta. Segundos después se arrepintió y se iba a largar de ahí como una cobarde.

—Emilia—Claudio abrió.

—Claudio...—intentó buscar una excusa coherente —Se me hizo tarde, perdón —mintió.

—Ya no tiene caso, ya tiré todo—el enfado se notaba en su voz, hablaba demasiado grueso.

Perdón.

Esa palabra pedía por todas las veces que lo había herido y lo decía de verdad.

—Emi... Solo quiero que me digas algo.

—¿Qué cosa?

—¿Veniste por que te interesa salvar nuestra relación o por lástima?

Emilia lo pensó.

—Por que creó que merecemos una segunda oportunidad—fue sincera.

—Pasa—se hizo a un lado para que pudiera pasar.

Observó la habitación: Velas apagadas, luces prendidas, el cuarto olía a comida; miró el bote de basura y vio las bolsas con la comida. Se sentía demasiado mal.

—¿Lo preparaste tú?—preguntó miedosa.

—Sí. Pensé que ya no vendrías y tiré todo.

—¿Todo?

Había más cosas.

—Había puesto rosas, mande a traer comida...

Emilia abrazo a Claudio, que le tomó por sorpresa.

—¿Estás bien?—le preguntó.

—Mejor que nunca—unas lágrimas amenazaban con salir, pero las contuvo.

Claudio se separó de ella y la besó. Emilia siguió el beso, convirtiéndolo en algo tierno posteriormente fue subiendo de tono.

La cargó y la acostó en el sillón.

Te necesitó —le dijo Claudio.

Yo no.

—Yo igual—Claudio subió encima de ella.

Le dio un beso en la cabeza y después bajo a sus labios dónde depósito unos cuantos besos urgentes.

Le quitó la blusa que traía y bajó a su cuello.

—Emi...—paró.

Emilia lo miró.

Claudio notó algo, no se veía entusiasmada, no veía el brillo que siempre traía. Desde hace meses que no lo traía, solo cuándo estaba con Kevin. Claudio tenía sus sospechas respecto a él.

Ahí entiendo todo. Emilia amaba a Kevin, él era pasado.

Que sea la despedida.

—Emilia... Quedate esta noche. Sé que no volverás a sentir lo mismo de antes, lamentable yo salí perdiendo. Mañana por la mañana terminaremos nuestra relación e irás con Kevin, la persona que ahora es dueña de tú corazón—hablaba pausadamente por el dolor que sentía crecer en su pecho con cada una de las palabras que decía.

—Claudio...

—Espera. Tenemos que interrumpir esto. Hoy será noche de confesiones, diremos todo lo que hemos hecho y que ninguno se ha enterado. Diremos si fuimos infieles, si nos hemos insultado... Si nos hemos lastimado está más que claro, eso no hace falta. Después veremos que decide la noche.

La chica deseó nunca haber venido, solo le estaba haciendo daño a Claudio. La persona que alguna vez amó.

(...)

Llevaban varias confesiones. Emilia se encontraba llorando, nunca creyó a Claudio capaz de hacer todo lo que le estaba contando.

Iban a ir por turnos.

—El día de tú cumpleaños... Besé a Machu—dijo Claudio.

—¿Por qué lo hiciste?—Emilia sollozó.

Machu no era su amiga pero le dolía no solo por ella por León también.

—Estaba borracho y Machu había terminado con León días antes, ella también estaba tomada y sucedió...

Miró hacía abajo.

—También el día en que eligieron a los finalistas para el concurso... Estaba a punto de acostarme con Minerva.

—¡¿Minerva?!—se exaltó.

Era la chica que una vez la ayudó a cuidar de Claudio cuándo estaba enfermo; no lo quería dejar solo así que habló con la persona a la que más confianza le tenía y que además supiera de enfermería. Ese día Emilia tuvo que viajar con sus familiares a Tijuana por asuntos personales.

—Supongo que...

—Sí, ese día... Si nos acostamos.

—¿No qué muy enfermo, Meyer?—se enojo.

—Lo siento.

(...)

—Tú turno —dijo Claudio.

Si iban a terminar su relación ¿qué necesidad había de lastimarse más de lo qué ya estaban?

—Verás... Tienes razón, no tengo derecho a quejarme. Yo también te fui infiel.

Claudio alzó la cabeza demasiado rápido.

—¿Con Kevin?—preguntó con la esperanza de que no fuera cierto.

Asintió.

—Él me hizo volver a creer en el amor, Clau... Hace seis meses que no siento nada por ti, si no es que desde antes.

El chico secó sus lágrimas al igual que Emilia.

—La primera vez que estuve con él... Fue cuándo descubriste que era tu medio hermano.

Una presión en su pecho se hizo presente.

Te odio.

Emilia no dijo nada, era comprensible. Si hablaban de infidelidades ella fue la peor y no se sentía orgullosa de ello.

—Eso es todo.

—Y hoy...

—¿Hoy?—preguntó.

—Cuándo fui a tú cuarto, sabía que él estaba ahí—confesó.

(...)

Dicen que todas las historias deben terminar, pero jamás dicen que puede ocurrir trágicamente.

Emilia y Claudio se dieron cuenta que está sería la peor que experiencia que habrían pasado.

—Esto llego aquí—habló Claudio llorando.

—Nunca quise herirte—se lamentó Emilia encontrándose en lo mismo que Claudio.

—Nunca quise que esto terminara así —dijo Claudio.

—Tú odiandome y yo enamorandome de otra persona—dijo Emilia.

—Nunca pensamos que pasaríamos por una tormenta tan dolorosa...—finalizó Claudio.

Emilia se levantó y se fue.

Nunca pensaron que sería tan fácil terminar y tan difícil olvidar.

LA TORMENTA • ClaumiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora