Spyro: un mundo destrozado

Capítulo 34: Swing de la Convexidad (parte 1)

(Por Edward)

Mi padre y yo nos paramos frente a esa estatua de Malefor al atardecer para 'admirarla'.

-Es muy fea, asustaría a los pájaros y traumatizaría a las posibles visitas de nuestra mansión, aunque sea de oro de alta pureza.

-¿Esa cosa en nuestra casa? Parece lujo de narco, papá. Muy mal gusto.

- No quiero conservarla, deseo derretirla y vender cada gramo. Debe costar más de 200 millones en contante y sonante. Solo piensa en las posibilidades.

-Decoración Art Deco para toda la instalación. Se vienen nuevos tiempos. Podríamos usar el oro en la decoración. Y tú, como eres capitán de la construcción, diseño y tienes un imperio en esa industria, podrías dar algunas ideas.

Me acerqué a la estatua y empecé a escalarla para estar en cuclillas sobre la 'corona' de esta, es decir, los cuernos.

-La remodelación será mucho trabajito, las plantas, los hongos y el musgo tienen que irse, al igual que esas raíces raras -dijo mi padre Sarius, tocándose el bigote- Esto es tan medieval que esperaría armaduras por todos lados. Lo de la estatua déjala que me encargue de ella. Necesitaría maquinaria pesada, pero si reventamos la cúpula y pusiéramos una grúa de construcción, de esas enormes, podríamos sacarla. Luego, el asunto es transportarla a nuestro mundo...

-Se podría desarmar y fundir aquí en algún lado. No necesitamos llevarla a ningún lado.

Cyril entró y nos miró a los dos.

-Eh tú, el de allá arriba ¿Qué hacen?

-Pensamos en hacer cambios aquí en este templo y sacar la estatua -dijo Sarius, mirándome seriamente- Deja de balancearte, te caerás.

-¡Es una pena que no haya un contenedor o una carreta llena de hojas y ramas para lanzarme desde aquí en su interior!

-Tú y tus saltos de fe. Además, que tiene de útil subirte por todos lados y hacer sondeos desde allá arriba.

-No tienes ni idea.

Bajé de la misma forma que llegué allá arriba y fui donde Cyril.

-Terrador y Malefor quieren hablar contigo, además, encontré algo útil sobre Parraxpapolopoloc... ¿Qué carajos haces?

-Estos hongos, ¿se pueden comer? -dije, agachado, muy cerca de uno-

-¿Es en serio? Mira, yo no me comería cualquier cosa.

-¿Se comen?

-Solo ven, después podrás hacer las payasa... digo, lo que se te ocurra. Mira, esos hongos podrían ser venenosos, así que ni se te ocurra. Nadie se los come, no los ves en mercados o cosas así, así que mejor déjalos tranquilos.

Al llevarme con Terrador, quien estaba en el exterior hablaba largo y tendido con un Malefor muy atento.

-...pero,  es un lugar precioso, el Bosque de los Hongos Luminosos,Malefor. Ah, hola, Edward.

-¿Qué tal? ¿Pasa algo?

-Deja que yo lo diga, padre Terrador: sí, Edward ¿Te acuerdas que te había mencionado sobre Convexidad? -me dijo Malefor-.

-Una dimensión que consiste de un vacío iridiscente interminable, sacado de un sueño cargado de LSD de un hippy en la década de los 1970 o parecido a Skate Heaven, es decir, Cielo de Patinadores, nivel secreto de Tony Hawk Pro Skater 2*1, pero estoy yendo a otro tema con eso.