Capítulo 3.

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Y cómo siempre todo lo bueno es lo que pasa más rápido por lo que el fin de semana pasó demasiado rápido (de nuevo) y el lunes a primera hora tuve que regresar a la escuela, que no era del todo malo ya que compartir salón con tu mejor amiga es lo mejor del mundo además de tener a otros de tus más grandes amigos contigo pero el estar soportando a los maestros era lo malo de ir ya que se les ocurría hasta la más mínima cosa con tal de hacer la vida de todos los estudiantes de forma imposible dejando demasiadas tareas, llegando siempre con exámenes sorpresa, entre otros de sus trucos para hacernos sufrir.

Estaba caminado en el pasillo junto a Madd pero ambas estábamos demasiado cansadas por habernos dormido a altas horas de la noche el día anterior por lo que ninguna tenía demasiados ánimos para hablar, sólo queríamos llegar a nuestro lugar para poder recostarnos un rato en la mesa en lo que llegaba el primer profesor.

Como cualquier día las horas de clase pasaron de forma lenta y aburrida ya que no podíamos hablar o distraernos ni siquiera un poco porque ya nos habían regañado así que en cuanto sonó la campana que indicaba que el descanso había comenzado todos salimos rápidamente del aula.

Todos mis amigos (incluyendo a Madd) fueron llendo a la cafetería pero yo tenía que pasar a mi casillero por algunas cosas y después al baño así que les dije que en unos minutos los alcanzaba y ellos asistieron con la cabeza mientras yo me desviaba de su camino para comenzar a ir a mi casillero mientras escuchaba música con mis audífonos por lo que no estaba prestando atención del todo a lo que pasaba a mi al rededor.

Una vez que ya había ido a mi casillero y al baño comencé a caminar a la cafetería para poderme encontrar con todos pero sentí una mano que me tomó de un hombro por lo que me giré sobre mis talones al mismo tiempo que me quitaba uno de mis audífonos para poder ver de quien se trataba y lo rostro reflejó toda mi sorpresa al darme cuenta que se trataba nada más y nada menos que de Emma.

- Hola, Emma - saludo algo confundida pero con una sonrisa.

- Hola, Alex, lamento si te molesto o algo por el estilo pero es que como te vi sola sin ninguno de tus amigos pensé que quizás podíamos hablar - dice ella y noté que se encontraba algo nerviosa pero no entendía la razón.

- Claro que sí pero... ¿De qué quieres hablar? - pregunto algo confundida por su notorio nerviosismo ya que según yo habíamos terminado bien dentro de lo posible.

- Ammm... ¿Te molestaría si vamos afuera para hablar mejor?

- Claro que no, vamos.

Ambas fuimos caminando pero al verla nerviosa y sin querer hablar aún de lo que sea que quería contarme decidí sacar mi teléfono para mandarle un mensaje a Madd y avisarle que me iba a tardar un poco más de lo planeado.

- Oye, Emma ¿Estás bien? - pregunto un vez que estábamos sentadas en el pasto del jardín de la escuela rodeadas de flores y lindos árboles

- Bueno, lo que pasa que es el fin de semana estuve con la familia de mi mamá y no sé si recuerdes pero nunca han tomado del todos bien el que también me gusten las mujeres y no sé porque después de tanto tiempo escuchando sus comentarios esta vez sí me afectaron demasiado y no lo sé... Esperaba que en ese momento estuvieras tú conmigo como otras veces pero sé que las cosas entre nosotras ya no son como antes y... - dice ella pero no puede seguir hablando porque en ese momento se quebró en llanto por lo que me acerqué a ella para abrazarla esperando que se pudiera tranquilizar ya que no me gustaba verla así.

Emma y yo seguimos abrazadas por un rato más ya que estaba esperando a que ella estuviera mejor y se calmada por completo por lo que cuando me volteó a ver limpié delicadamente ya que estaba mucho mejor y nos quedamos un momento mientras nos veíamos a los ojos sin ninguna decir nada cuando de la nada ella se acercó y me besó cosa que me sorprendió y en cuando pude reaccionar me separe de ella y que lo que estábamos haciendo no estaba bien.

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