La cuestión de enamorarse es que es una mierda.

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Simplemente no lo admites.

No cabe duda que el enamorarse tiene consecuencias graves -hay un aumento en los sentimientos de la persona afectada-, el pudor es inmenso tal como lo muestra la falta de raciocinio y la mera hipocresía de negar o aceptar a regañadientes cuando realmente es todo lo contrario a lo que tu boca puede declarar, estar enamorado es una clase de enfermedad asombrosa y difícil de explicar, es dulce y amarga a la vez, es como comer chocolate y desear más a pesar de pueda dañar el organismo pero sus efectos son relajantes y con fulgor entusiasta que te hace sentir feliz... una efímera felicidad que trae consigo efectos aberrantes que en cada persona serán diferentes y con ello, llega una pregunta en la mente que no es respondida ni escuchada: ¿Qué estás dispuesto a dar por ser amado? Enamorarse es una cosa altanera que puede cambiar de un día para otro o perdurar dependiendo el caso, pero el ser correspondido es una totalmente diferente a lo que se sobrelleva en ese preciso momento cuando esto realmente llega a importar ¿realmente que tan dispuesto estas a amar?

¿Estaba decidido a sufrir por un malagradecido que claramente le decía entre líneas que lo estaba usando en su beneficio y luego se desharía de él? Es como llega la cuestión, una que debería de revocar de inmediato ¿tendría una oportunidad para remediar su relación con el chico que lo trae como un condenado? Sus ojos brillaron por un instante como si una estrella fugaz los hubiera encendido en un recorrido veloz por ese espacio en tonalidades verdes de una esperanza inquebrantable, una chispa de ilusión que encendió esa mecha de su corazón que se negaba a extinguirse; a pesar del dolor que lo asfixiaba por cada rechazo que ha vivido a lo largo de su crecimiento.

Deslizo sus manos por todo su rostro para estirarlo y salir de ese trance enloquecedor, había sido invadido por el fuerte sentimiento de su afición por aquel chico tan vulgar, tampoco es como si él fuese un santo. Suspiro con resignación y poso una mano en donde residía su corazón, su respiración era neutral a comparación del inicio de la semana. No pudo resistirse ni un segundo cuando reparó el titilo de las comisuras de sus labios, no tardo en dibujar una sonrisa embelesada por el encanto producido, al demonio con la serenidad, su corazón enloqueció cuando sus manos cubrieron su rostro en un intento en vano por borrar aquella sonrisa que lastimaba sus pómulos y los enrojecía nuevamente, parecía una especie de altercado contra sus hormonas disparadas hacía el cielo despejado siendo contaminado por su tormento, sentimientos que contribuían a su destrucción y su cabeza enloquecida ante cada incentivo de su enamoramiento tortuoso. Le parecía poco si su cuerpo seguía pesado ante el esfuerzo que realizaba desde la madrugada al atardecer cuando cada centavo era contado y tener la libertad de hacer lo que le diera en gana antes de regresar a la rutina al día siguiente, un lugar que lo explotaba a morir pero... que asimismo era su lugar feliz en unos cuantos metros de distancia; dos metros para ser precisos, dos y medio cuando debía freír papas y nueve cuando se retiraba al baño para refrescarse o ciertas necesidades, el baño de Cartman siempre tenía ese característico aroma a canela... esperaba ser el único quien pudiera respirar tal fragancia.

Dejo caer los parpados lentamente, dejándose absorber por la oscuridad que lo embriagaba en los nítidos recuerdos a los cuales estaba siendo sometido como un castigo por cada error suyo, los aromas eran cada vez más sensitivos en su cuerpo con los vellos de puntas y la piel sensible a los suaves tactos del aire que pasaba por su ventana o su misma respiración golpear en cada aspiración, estaba derritiéndose, no, fundiéndose contra la cama mientras buscaba alejarse de este tormento que tanto había esperado como un masoquista en busca de atención; lo tenía cerca, tan cerca que dolía. Literalmente, podía tocarlo pero lo tenía prohibido, sus manos se hacían puño por cada frustración de su impureza cada que lo tenía a su lado y sus anhelos persistían para querer al menos tocar un sólo mechón de esa brillante cabellera color chocolate intenso, él estaba seduciéndolo y siquiera estaba al tanto de ello. Como un ingenuo que vive para torturar al que peca y no merece, destino que fue aceptado por Kyle.

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⏰ Last updated: Jul 05, 2019 ⏰

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