El desgarrador llanto de la mujer generaba eco en las entrañas del oscuro bosque, sus sollozos se intensificaron cuando observo la marca en la nuca de su inocente bebé nacida hace no más de diez minutos. Sabía lo que significaba, ellos vendrían por...
El desgarrador llanto de la mujer generaba eco en las entrañas del oscuro bosque, sus sollozos se intensificaron cuando observó la marca en la nuca de su inocente bebé nacida hace no más de diez minutos. Sabía lo que significaba, ellos vendrían por ella y la arrancarían de su lado. Sus brazos estrujaron a su hija en el momento que esta comenzó a llorar.
—ηρεμία, Δεν θα το επιτρέψω (Calma, no lo permitiré) —sus labios estaban pálidos y perdía fuerza a medida que el tiempo pasaba, la zona inferior de su cuerpo se encontraba bañada en sangre y su anatomía titiritaba.
Sentía el frío golpearla intensamente, y es que había cubierto a su pequeña con el abrigo que la respaldaba del horripilante clima de Grecia a mediados de Enero.
De pronto, el sonido de una rama quebrándose generó que los sentidos de la griega se encendieran a la velocidad de la luz. Un grupo de hombres fornidos aparecieron en escena, vestidos completamente de negro, la luz de la luna alcanzaba a iluminar sus rostros. Uno de ellos se acercó a la omega, quien instantáneamente apretó a su hija como instinto maternal.
—Entrégamela y nadie saldrá herido —la pobre mujer negó con la cabeza desesperada al escuchar el grave acento inglés golpetear sus oídos.
—No, por favor. Ella es mi hija, mi pequeña —intentó hablar en su mejor imitación del idioma extranjero, el hombre le dedicó una sonrisa burlona y le hizo señas a uno de ellos para que rodeara el cuello de la solitaria loba con su antebrazo.
Luego de unos forcejeos, lograron separar a la omega de su hija, quien no tardó en llorar en busca del calor de su madre. La mujer observó a la luna una vez más, preguntándose por qué tenía que castigarla de esta manera. Rendida, tomo el brazo de uno de ellos y débilmente le murmuró algo.
—Το όνομά του είναι Selene, παρακαλώ (Su nombre es Selene, por favor) —el hombre asintió fríamente y se esfumaron con su bebé en brazos.
Un grito desgarrador salió de lo más profundo de su garganta, le habían robado una parte de ella. Sintió su corazón romperse y sin esperar más, se sumergió dentro de una enorme oscuridad.
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¡Aquí les dejo el prólogo!
Espero que sea de su agrado, pronto comenzaré a publicar más capítulos. Es un proyecto en la cual estoy intentando no dejar clavos sueltos o asuntos sin resolver como lo hice en mi anterior novela de hombres lobos.
Estoy segura que disfrutarán de los personajes tanto como yo lo estoy haciendo, quise darles una personalidad diferente a cada uno para que la historia no sea tan aburrida y predecible.
