—¿Podrías dejar de seguirme como si fueras mi sombra?, ¡Maldita sea, Selene! —frunzo mi ceño con frustración ante las palabras de Paige.
—Bueno, técnicamente si soy tu sombra —me interrumpo a mi misma al ver la expresión en mi protegida. Suelto un suave bufido hacia ella y salgo de la habitación.
Definitivamente, mi vida no está ni cerca de parecerse a la de alguien normal. Ser parte de una manada no es para nada fácil, las cosas no son simples como la televisión muestra en las típicas sagas sobrenaturales. Sin duda, pertenecer a una de las más débiles que alguna vez podría encontrarse tampoco facilita mi existencia.
En el mando se encuentra el lobo alfa, quien tiene en sus manos el liderazgo del grupo. Ellos se encargan de crear las reglas y verificar su cumplimiento, cada miembro de su comunidad es considerado de su misma sangre ante sus ojos. El mismo, también es el centro emocional de la familia y es la última palabra, todo lo que salga de su boca será escuchado y obedecido de inmediato. Es el único que puede decidir cuando cazar ya que corremos el riesgo de que los humanos nos vean.
En el segundo rango de la jerarquía de dominación, se encuentra el beta, estos demuestran la lealtad y su compromiso con su manada. También toman el lugar de su alfa cuando este no se encuentra presente, al ocurrir esto, tienen permitido tomar las decisiones más importantes sin ser cuestionado por nadie. El beta solo acepta órdenes de su líder, sin embargo, siempre muestra respeto hacia los demás integrantes.
El lobo delta es el siguiente, se dice que está en formación para ser beta. Suelen convertirse en betas luego de finalizar su entrenamiento, el cual lleva diez años en completar, muy pocos llegan a hacerlo debido al agotamiento y la impaciencia que genera. La mayoría de los deltas, quedan estancados en este rango, y los que logran elevar su posición a beta, son lobos majestuosos y pacientes con su gente.
Los cuidadores, son lobos deltas que demuestran interés por la salud y el bienestar de la manada. Tienen habilidad para cuidar a aquellos que se encuentran debilitados. Si alguien no se encuentra en condiciones de pertenecer en el grupo, ya sea por lastimaduras o enfermedades, se le debe informar al alfa. Si bien cuidan, no pueden curar, solo comunican que lesiones son graves y cuáles pueden sanar por su cuenta.
Llamamos centinelas a los que se encargan de chequear quien entra en sus territorios y de saludar a los nuevos visitantes. Su deber es no dejar que nadie sospechoso o de otro tipo de raza ingrese en su propiedad para no generar conflictos entre alfas.
El resto de la manada son guerreros o normales, ellos deben de luchar en caso de guerra y obedecer a sus autoridades.
En el lado opuesto del tablero, el omega es lobo más débil y solitario en la pirámide de poder, o al menos eso nos enseñan desde niños. Rondan por territorios neutros en busca de un nuevo líder, porque han sido desterrados o abandonados. Algunos de ellos deciden convertirse en rogues, quienes se dedican a destruir y atacar manadas, otros permanecen en su manada original, pero solo consiguen ser la burla de todos.
Por último, los praesidium aparecemos en el panorama. Somos protectores y guardianes del lobo que nuestra Diosa Luna nos indique, podemos identificarlos debido a que sentimos una fuerte conexión con ellos. Nuestros ojos son verdes eléctricos, y en forma lobuna, una capa completamente blanca nos baña, no poseemos un solo cabello de otro color, el blanco nos representa, ya que ningún otro licántropo lo tiene.
Los praesidium, somos entrenados para cuidar de nuestro protegido, esa persona debe ser nuestro único deber, no tenemos permitido tener pareja, al menos no alguna por la cual desarrollemos sentimientos que intervengan con nuestro propósito. Somos igual de fuertes que los alfas, pero nuestros lobos son algo más robustos, algunos llegan a superarlos debido a la extensa preparación que tenemos, permanecemos encerrados en academias a corta edad y a los doce años comienza el entrenamiento físico, nos lleva cuarenta años para ser reconocidos por el consejo lobuno como praesidium oficial. Desde pequeños nos han enseñado a que debemos arriesgar nuestra vida por nuestro elegido si es necesario.
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The last moon
Hombres LoboEl desgarrador llanto de la mujer generaba eco en las entrañas del oscuro bosque, sus sollozos se intensificaron cuando observo la marca en la nuca de su inocente bebé nacida hace no más de diez minutos. Sabía lo que significaba, ellos vendrían por...