A mi lado

Capítulo final

Dos años después...

"En pleno invierno ocurrió. Sentí que me quedaba solo cuando me diste la noticia, bajo las sábanas de tu cabaña personal. Lloré, y lloré. Tú me abrazabas, me decías que no pasaba nada. Eran cosas de la vida, y ante ella, no se podía hacer nada.

Yo estaba enfadado con el mundo entero. Por momentos lo estuve contigo, al segundo dejé de estarlo. No podía, no tenías ninguna culpa. Y el mundo tampoco, nadie la tenía.

Buscar culpables cuando no los había, era misión imposible. Tan solo fue mala suerte.

Aquella noche me abracé a ti como un niño pequeño. Entonces, supe que iba a echarte de menos, supe que te quería demasiado como para olvidarte, y también supe que no iba a querer a nadie como a ti.

Tú último día llegó tres meses después. Cerraste los ojos mirándome a mí. Escuchando la maqueta de mi nuevo disco. Aquella canción que me ayudaste a componer sin ser conscientes de ello durante nuestra primera vez.

"De la Tierra Hasta Marte". Porque yo te amaría siempre, donde fuese, y de la forma que fuese. Pero amándote. Nunca dejaría de hacerlo.

Dos años después lo seguía haciendo. Y hoy estaba aquí. Con un ramo de tus flores favoritas, hablando junto a ti de la vida.

Me hiciste prometer seguir con mi vida. Me dijiste que era joven, y que tú habías perdido la batalla, pero no yo. Nunca la perdiste Amaia, fuiste y serás luchadora. Esa es la verdadera victoria, ser valiente y permanecer.

Tenías que ser la primera en saberlo, siempre habías sido la primera en todo, y eso no iba a cambiar.

Se llama Marina. Es muy guapa. Si la vieses me dirías lo guapa que es, y yo te daría la razón, tiene una belleza especial. Igual y a la vez diferente a ti.

No es la mujer de mi vida, ese hueco siempre sería tuyo. Pero la quiero, y creo que me estoy enamorando de ella.

No te sientas celosa. Bien me dijiste que debía dar este paso, y dos años después, lo estoy intentando. Me ha costado, debo admitirte. Y tengo miedo, mucho. Miedo a no ser suficiente para ella, a no gustarle, a decepcionarle.

¡Ay Amaia! Si pudieses pegarme un guantazo, ya lo habrías hecho. Te conozco bien. Igual que tu a mí. Nunca he llegado a conocer a una persona tanto como a ti, la música nos ayudó. Siempre presente en nuestras vidas.

He traído mi guitarra. Quiero tocarte la canción. ¿Recuerdas que lo hice en el hospital? Así volviste a la vida. Ojalá funcionase otra vez. Aunque sé que estás bien, estás con tu madre. También la echo de menos a ella, todos lo hacemos. Os echamos de menos.

Esta canción es tuya, como casi todas mis composiciones en realidad. ¿Qué le hago? Eres mi inspiración.

¿Quieres saber sobre Marina? No se me hace cómodo contarte esto, pero quizás si lo logró significa que estoy más cerca del objetivo ¿no? Hablar cómodamente de tu ausencia, sin echarme a llorar, sin echarte de menos. Mi madre dice que nunca dejaré de extrañarte, y eso es bueno. Los recuerdos bonitos siempre permanecen con nosotros, y tú eres mi mejor recuerdo. La mejor parte de mí.

Marina es muy dulce, y le gusta la música. Toca la batería en una banda. La verdad es que es muy buena. La admiro.

Seríais buenas amigas. Estoy seguro.

Mi tiempo se acaba. Debo irme, Marina me espera para ir a comprar un gato. ¿Puedes creerlo? Yo con un gato, y eso que nunca me habían gustado. Como cambian las cosas.

Te extraño. Tu voz, tu sonrisa, tu alma. Quiero estar contigo. Quiero ir donde tu estés, abrazarte y no soltarte, pero sé que no es lo correcto. Aquí me necesitan. Y tú me estarás esperando. Cuando nos volvamos a ver no nos volveremos a separar. Estaremos unidos.

Yo estaré a tu lado, y tú estarás a mi lado.

Volveré mañana. Te contaré como ha sido la primera noche compartida con un gato. Espero que no me arañe.

T'estimo. Y te espero.

Alfred"

-Alfreeeeed.

-No Amaix. No quiero.

-Venga por favor. Cántamela. Una vez solo.

-Ya te he dicho que no. No me insistas.

-Por favor....

Quien iba a negarse a esos ojitos de bebé....

-"Quédate conmigo hasta que se caiga el cielo, uoh. Cuando no queden días ni para estar contento......."

Sus bonitos ojos me miraban. Yo la miraba a ella. Al fin.

-"Tú niña del sol de tarde, de las canciones viejas, de la Tierra hasta Marte"

Las lágrimas eran inevitables, al igual que la fusión de nuestros rostros.

-Te había echado de menos.

-Prometí estar contigo siempre. Y aquí estoy.

-Han pasado muchos años... Estoy muy mayor Alfred. Aunque tú también lo estás. ¡¿Has visto que bigote tan mono?! ¡Antes nunca querías dejártelo! ¡Con lo guapo que estás!

Me reí con ella. Su sonrisa con leves arrugas me confirmaba su avanzada edad, pero para mí, siempre sería ella.

-Estás perfecta mi Amaix. Para mí, siempre lo serás.

-¿Y Marina?

-Ella está bien. La cuido desde aquí, se ha portado muy bien conmigo durante toda nuestra vida.

-¿Lo sabe?

-Siempre se lo he dicho. Marina sabe que mi sitio está a tu lado. Y lo acepta. Es feliz de que yo esté feliz aquí.

-¿Y tu hija?

-También. Le he hablado mucho de ti. Se llama como tú, ¿lo sabes?

Un rayo de emoción cubrió su rostro.

-Durante mis últimos días, ella ya no sufría más. Sabía que me iba a reencontrar contigo, y eso la hacía feliz, porque sabía que yo iba a estar bien.

-Una vez la vi. Es muy bonita.

-Se parece a Marina. Siempre tan guapa.

-Me alegro de que hayas vivido una vida tan completa Alfred. Siempre quise tu felicidad, y me alegro de que la encontraras.

-Parte de mi felicidad has sido siempre tú.

Acaricie su rostro con mis manos, e hice lo que tantos años había ansiado.

Un beso. El primero de los muchos otros que vendrían en nuestro cielo.

Mi hogar. Mi Amaia.

FIN