1 Capítulo

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                          Un Día Vergonzoso.

Martes del 2018, Segundo día de clases.

Mmmmm, mmmmm, mmmmm. Con cansancio y vagancia busco lo que esta vibrando con los ojos cerrados. Cuando sentí el teléfono al lado de mi almohada, abrí los ojos para apagar la alarma. Significa que me tengo que alistar para ir a el colegio.

Voy directamente para el baño, al lado de mi cuarto. Me lavo la cara para quitarme el sueño y sí, no funcionó.

Busco la ropa que me voy a poner y camino hacia el baño nuevamente.

Mientras me baño canto las canciones que pone siri por HOMEPOD. Después de vestirme, me maquillo:

Base, sombras naturales, rimel, me unto un glos y listo. Chequeo la hora y, ¡hay Dios mío, son las 7:41 a.m!

Empiezo a alterarme. —¡Donde está, mi mochila!

Quisiera poder llamar las cosas, para no decesperarme cada vez que pierdo algo o busco una cosa.

Ya lo vi, estaba debajo de una ropa sucia, luego lo recogeré.

Pongo mi celular en el bolsillo de adelante, de mi pantalón y salgo corriendo de mi cuarto.
Bajo las escaleras, casi me caigo pero no me importó.

—Hola mamá, hola papá—. Los saludo con un beso rápido en la mejilla. Cojí las llaves que estaban en la mesa de estar y salgo de prisa.

Papá de Layla.

—¡Te amo!—, le digo, mientras tranca la puerta con un portazo.

Helena me mira. —Como a crecido nuesra pequeña—,suspira. Y comienza a comerce el desayuno que había preparó para Layla.

—Si, como pasa el tiempo—. Camino hacia ella, y le doy un beso en la frente.

Layla.

No les dio tiempo de saludarme. Abro la puerta del carro, la cierro de prisa y arranco.

Se preguntarán ¿porqué estoy tan dramática y apurada? Les cuento, el colegio al que asisto está como a 10 minutos de mi casa, mas súmale el tiempo buscando un estacionamiento, mas 3 minutos caminando para el salón.

—¡Ayyy! voy a llegar tarde, eso me pasa por no ver la hora cuando me levanté y por distraída.

(....)

Voy corriendo por el pasillo del colegio, entro al salón. La señorita Hernández ya estaba dando la clase.

—Señorita Layla, llegas tarde, otra vez—. Mencionó con firmeza y molestia en su voz.

—Voy hacer lo posible para llegar temprano, Señorita Hernández—, camino hacia mi asiento, con vergüenza y saludo a las chicas con una sonrisa, mientras me siento.

La maestra prosiguio con la clase y no entiendo nadi...ta de lo que esta explicando. Ya me esta dando sueño.

El salón es espacioso. Con bastante lugar para decorar. Tiene dos baños, uno para el hombre y el otro para la mujer. La pintura de las paredes están intactas. Hay bastantes mesas para los estudiantes, en cada mesa hay dos estudiantes. Las sillas son muy cómodas, de color azul royal y el proyector que usa la maestra para mostrarnos la información en la pizarra, es muy moderna.

—Ps, pss. Layla—. Volteo hacia Key.

Si nos cacha la maestra nos va a regañar y no quiero otro insulto.

La vida de LaylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora