diez.

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I. Red and blue.

Para el almuerzo de aquel día, Aristóteles había llevado un pequeño tupper con muchas cerezas, eran sus favoritas, tanto por su color, su olor y su sabor.

El rizado estaba sentado en una mesa del comedor que se encontraba hasta el fondo, estaba comenzando a saborear sus adoradas cerezas cuando Cuauhtémoc se posicionó frente a él.

-¿Puedo sentarme?-. Aristóteles sólo le dio una mirada corta, le asintió y volvió a concentrarse en sus cerezas. Estaba por comer la cuarta cuando notó la persistente mirada café del muchacho.

-¿Pasa algo?-. al rizado no le gustaba ser grosero, pero realmente comer cerezas era uno de sus hobbies y no le gustaba ser el centro de atención de nadie, menos haciendo lo que le gustaba.

-No, nada-. El castaño destapó su tupper y el rizado por insisto alzó el mentón para ver qué era lo que contenía.

Blue berries.

Arrugó la nariz y siguió comiendo hasta acabar la última de sus cerezas, metió un rabito de cereza a su boca y logró hacer un pequeño nudo en pocos segundos; Cuauhtémoc quedó impresionado.

El rizado le dio una última mirada al castaño y se levantó un minuto antes de que sonará la campana.

Cuauhtémoc se sobresaltó y uno de sus amados blueberries cayó al suelo, lo siguió con la mirada y mientras rodaba notó que también se encontraba una de las cerezas del rizado en el piso y el blue berrie se posicionó justo a su lado, sin embargo el mencionado no lo noto y al dar un paso aplastó los frutos al mismo tiempo.

De la plantilla del zapato de Aristóteles salió un color morado.

Aristóteles y Cuauhtémoc simplemente admiraron el hermoso color que se formó.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2019 ⏰

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