》Es increíble como una mala decisión puede arruinar casí por completo la vida de alguién.
Es mentira esa frase de que "cuando caes en un pozo solo te queda subir", en realidad, a veces se puede caer más hondo.
La superación de una "vida sin salida...
Este día quedamos en salir, pero, ambos sabíamos que pasaría. Fuimos hasta su casa para estar más tranquilos.
Cuando llegamos me tiré en su cama en forma de cansancio, se acostó a mi lado y puso Netflix, terminamos viendo Buscando a Nemo, tenía mucho que no la veía.
Empecé besando sus mejillas hasta que comenzó a sonreír, acto seguido nos besamos como nunca antes lo habíamos hecho, el siempre me respetaba, pero yo quería en ése momento que perdiera todo ese respeto.
Al estarnos besando me puse encima de él, sus manos seguían en mi cintura y mientras me movía lentamente hacía enfrente y atrás bajé sus manos hasta llegar a mis glúteos.
Ambos sabíamos lo mucho que nos deseábamos, estábamos solos, así que comenzamos a jugar.
Mientras nos besábamos sentía ese deseo incontrolable de querer ser suya completamente, el comenzó quitando mi blusa lentamente dejando al descubierto mi sujetador negro y pasaba sus manos lentamente por mi espalda.
Desabroche su camisa sin dejar de besarlo, mientras terminaba de quitarla comencé a besar su cuello, bajaba lentamente por su abdomen y comencé a desabrochar lentamente su pantalón y bajé lentamente el bóxer que me impedía enseñarle de lo que se había perdido.
Jugué con el un rato mientras veía su mirada de placer, continuamos besándonos y con su mano quitó mi sujetador, siguió besando mi cuello hasta llegar a mis senos, comenzó besándolos lentamente mientras me excitaba y empezó a mordisquear y yo no podía evitar gemir.
Continuó bajando hasta llegar a mi pantalón, lo desabrocho y lo quitó junto con las bragas, tiro de mis piernas fuertemente y comenzó a hacer lo que yo ya había hecho con el, mientras más lo hacía yo gemía más y más.
Seguimos besándonos, el me miraba y sabíamos ambos lo que queríamos, lo acerqué a mi y mientras besaba su oreja le susurré - hazme tuya -.
No pasó mucho tiempo y el comenzó a penetrarme, una y otra vez, cada vez más rápido, yo no podía parar de gemir y gritaba su nombre sin cesar - Sebastián -.
Tomó mi cuello, me encantaba que me maltratara, y comenzó a golpear mis glúteos mientras yo le rogaba por más.
Ambos queríamos más, así que comenzó a penetrarme por el ano, mis ojos se ponían en blanco y el a su ves tiraba de mi cuello, gemía y le gritaba - Castígame - y golpeaba más fuerte mis glúteos.
Pasamos de eso, a que yo volviera a jugar con su miembro, no paraba ante su cara de placer quería hacerlo venir encima de mi.
Y mientras movía mi cabeza hacia atrás y adelante, movía mi lengua en todas sus formas, se vino en mi boca y lo miré con placer mientras el semen escurría de mis labios.
El continuo penetrándome mientras yo no dejaba de excitar mi clítoris, no paraba de gritar, hizo que me excitara tanto que comencé a tener un squirt.
Ambos estábamos muy cansados, terminamos acostándonos en su cama, abrazados, sentir su piel con la mía, su respiración, sabía que era suya en todas sus formas y el era mío también.
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¡Holi!
Les traigo el penúltimo capítulo de esta historia. Les pido mucho respeto por el tipo de contenido que tiene.
También quiero agradecerles si ya llegaron hasta aquí, tardaré unos días en subir el capítulo final, estoy enferma, espero puedan entenderlo.
