Mensaje del autor:
Los personajes no son míos le pertenecen a Kohei Horikoshi
Este trabajo tiene derechos reservados, les pido no hacer uso de este en copias, es decir para sus historias o que simplemente lo copien y cambien algo, desgraciadamente me pasó, espero que esta vez que por lo menos menciono que es hacer plagio no lo hagan, muchas gracias por su atención. Sin más que decir, disfruten la lectura.
-Yo cuidare de ti kachan-Todo estaba tan frío, tan solitario, tan gris.
El piso de ese lugar no era nada cómodo, además de no tener nada más que un saco de la escuela para cubrirse del frío.
Por lo menos el frío piso calmaba el ardor de su mejilla hinchada, no podría hacer nada con su labio, ya lo curaría más tarde.
Por suerte no lo metieron en una celda llena de maleantes, solo por ser menor de edad.
Eso era el lado bueno de todo lo que le estaba pasando y todo lo que estaba por pasar.
El adulto a su cuidado iba a sermonearlo hasta que cumpliera la mayoría de edad.
Sabía que no debía meterse en ese tipo de problemas.
Suspiro y cerró los ojos un momento, ese lugar olía horrible, era un asco.
De pronto escucho una puerta cerrarse y unos apresurados pasos correr hacia la reja. Sabía perfectamente de quien se trataba.
-Deku...-Abrió los ojos y soltó ronco el rubio.
-¡¿Kacchan?!¿estás bien?¿Qué te paso en la cara?-pregunto preocupado el peliverde
BAKUGOU.
Sentía mi cuerpo pesado, de pronto llego a mi mente, un recuerdo, una imagen, de un pequeño niño que quedo huérfano a los 4 años.
De como estaba hecho un ovillo en un rincón del hospital lleno de rasguños, de dolor, de confusión.
Un par de peliverdes acercándose a mí, acogiendo me en sus brazos antes de caer totalmente rendido, todo eso era demasiado para un pequeño.
Todo se volvió oscuro.
Escuchaba
-Tranquilo Kacchan, ya todo está arreglado, pronto te sacaran de aquí-suspiro-¿Okey? Tranquilo-
Quería golpear a ese idiota en esa cara tan lamentable que estaba poniendo, seguramente mi estado era deplorable, pero odiaba verlo así, tan exaltado, tan preocupado, triste y lo peor decepcionado aunque tratara de ocultarlo podía ver en sus ojos verdosos brillantes y hermosos todo eso.
Yo era el causante de todos esos sentimientos. Una sonrisa se asomó en la comisura de mis labios.
Por ahora no importaba nadie ni nada más, solo yo, era lo único en la mente y cuerpo de ese peliverde con cabello rizado. Sentí un calor reconfortante recorrer mi cuerpo, me gustaba, creo que solo por ese momento no me preocuparía por la reprenda que me darían después, solo esos poco minutos disfrutaría la atención de mi amado pecoso, solo un poco más me comportaría...indefenso.
Trate de levantarme, los huesos me dolían, los sentía entumidos, después de quejas y gruñidos logre ponerme de pie, otro guardia llego al lugar y acercándose al cerrojo de la reja la abrió.
El pecoso entro casi empujando al guardia, se acercó a mí y me vio por unos segundos, solo baje la mirada, acerco su mano a mi mandíbula y levanto mi rostro, tenía el ceño fruncido, ahora se veía molesto, pero sin dejar la preocupación y la decepción de lado.
-Y-Yo-Trate de decir.
Y antes de continuar el peliverde poso una mano en mi cintura y la otra en mi cabeza para acercarme a él en un abrazo. Solté un gruñido de dolor.
-Luego lo hablaremos, primero curaremos tus heridas. Vamos a casa-Me susurro cálidamente mientras acariciaba mis rubios cabellos.
Se separó de mí un poco. Camino a la salida y camine detrás de él, se veía rígido, cansado, yo lo traje aquí, sé que trabaja demasiado, que no es hora de estar en una cárcel a media noche, pero...yo no le pedí que viniera, aunque me alegro de que este aquí.
En la entrada de recepción se encontraba una castaña con un vestido color vino con un escote demasiado revelador. Todos ahí parecían detenerse a verla. Que asqueroso.
¿Qué hacia ella aquí?
Tal vez estaban en una cena, el llevaba puesta una camisa blanca de vestir con una corbata roja, unos pantalones negros que resaltaban sus piernas y muslos, que eran tapados por una cazadora negra.
Espero haber arruinado su velada
Ella se levantó de su asiento y camino hacia nosotros apresuradamente
Abrazo a Deku. Sentí su calor alejarse de mí, fue horrible, sentía como si se llevara una parte de mí, como los minutos dedicados a mí se esfumaban, junto con mi orgullo.
No lo permitiría, no así de fácil.
-D-Deku~...- Trate de hablar, mi voz ronca me ayudaba un poco, comencé a tambalearme un poco.
-¿Qué pasa Kacchan?-
El peliverde se acercó a mí.
Listo mordió el anzuelo.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca.
Me deje caer, solo para que el me atrapara y lo logro.
Me cargo en sus brazos y corrió al coche. Me acurruque en su hombro.
-Lo llevare al hospital-
-Te acompaño-Dijo la castaña.
-No, regresa a casa es muy tarde, yo me encargare de él. Te veré mañana.-Afirmo Izuku.
-Pero...-se opuso la castaña
-Está bien Uraraka. Te he causado demasiado molestias por hoy, lamento lo de la cena, te lo compensare luego, te veré mañana.
-Está bien Deku-Dijo afligida la chica
¿Deku ?¿Comó se atrevía esa perra a usar el apodo que le había dado al idiota? ¿No le era suficiente con robarlo de mi lado? ahora también me robaba eso tan exclusivo. Que infeliz.
Escuche el carro de Urraraca arrancar, sonreí descaradamente en el pecho de deku.
Deku me coloco en el asiento del copiloto y me abrocho el cinturón de seguridad. Yo seguí haciéndome el dormido, solo por si acaso.
Después de unos kilómetros llegamos a casa.
Deku me cargo en sus brazos de nuevo y me llevo hasta mi cuarto, cuando me coloco en la cama lo sujete del brazo.
-Creí que te harías el dormido hasta mañana.-
-Si vas a regañarme hazlo ahora.-mi voz sonó ronca pero firme.
-Te dije que te alejara de ellos- menciono molesto
-No pude evitarlo, los malditos me tendieron una trampa.-mi voz sonaba entrecortada, la garganta me fallaba, ahora que necesitaba sonar lo más seguro posible en todas mis palabras.
-Kacchan, ¿Qué fue lo que sucedió?-
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ERROR(Dekukatsu)
Fanfic(Editado) Bakugou queda huérfano a los 4 años, queda al cuidado de inko y su hijo Izuku de 16 años, con el tiempo se muda con este, kacchan tiene problemas con su salud mental y el peliverde tratara de curarlo sin importar lo que tenga que hacer...