La Familia.

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Los Aigner, vivimos en una pequeña isla, ubicada dentro de un golfo en el hemisferio sur.

Nos mudamos cuando yo era un niño apenas pensante y mi hermano, Lucas, un bebé.

Luego de la muerte de mamá,
mi padre, Herman Aigner, tomó la decisión de dejar atrás nuestra ciudad natal, Berlín, Alemania.

El golfo San Matías, perteneciente al país sudamericano de Argentina,
se convirtió en nuestro lugar para vivir - o sobrevivir-.

Herman, empezó desde cero, y formó una gran empresa pesquera de calidad, la cual, hace cinco años, se volvió exportadora.

Cuando tuvimos edad suficiente, mi hermano y yo, quisimos trabajar con él, pero éste se negó rotundamente.

Nosotros somos incansables, así que, seguimos insistiendo, hasta que papá cedió y nos lo permitió,
pero con la condición de tener un puesto administrativo, y nada de pesca.
Queríamos hacer algo por él, así que, tuvimos que conformarnos, y terminamos aceptando su oferta.

Para ir a trabajar, debíamos viajar en barco, hasta llegar a la ciudad más cercana, donde se encontraban las oficinas de la empresa.

Mi vida se convirtió en una simple rutina.

Navegar de madrugada por el mar para llegar al trabajo, luego papeles, y reuniones.

Así transcurrieron mis días, hasta hoy.

Blak Aigner.

El Último JineteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora