VI

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Ya cansado, frustrado y enojado por las continuas e insignificantes interrupciones que sufrió Vegeta, en los momentos íntimos junto a su esposa y ya sin una pizca de paciencia, la tomó en brazos y se la llevó (arrastró) a una isla lejana, la cuál utilizaba en sus entrenamientos al aire libre.

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Al llegar comenzaron una batalla de besos y caricias, que aumentaba de intensidad conforme pasaban los minutos. Pero Inesperadamente y ante la mirada confusa del príncipe, la peli azul se alejó de él... y muy lentamente inició a sacarse la ropa, para posteriormente meterse al mar.

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-(jugando con el agua de una manera sensual):Que espera su majestad, para venir y hacerme suya.?

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Despojandose apresurado de su vestimenta el peli negro se lanzó al mar y nadó hasta posicionarse enfrente de la científica, a la cuál penetró sin previó aviso. Por su parte la mujer entré gemidos, besos, mordidas, rasguños en la espalda y brazos de su marido, enredó sus blanquecinas piernas en la cintura masculina.

Con cada embestida de sus cuerpos, las olas a su alrededor aumentaban, dificultando el poder respirar; por lo que Vegeta se elevó unos cuantos centímetros del agua y aún conectado a su esposa siguió entrando y saliendo de ella, hasta  que el primer final de ésa ardiente tarde llegó.

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Ambos estaban desnudos sobre la  arena húmeda, ella apoyada en sus rodillas y manos, dándole la espalda al Saiyajin, quién exploraba en profundidad con su lengua y dedos la caliente, mojada, rosada y apetitosa cavidad femenina.

Sin cambiar la posesión en la que se encontraban, nuevamente el guerrero entró y salió del interior de la terrícola... y cuando el segundo final estaba cerca, terminó en la espalda de su mujer.

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Bulma se sentó en la arena y comenzó a saborear la mezcla compuesta, entre sus fluidos y los del Príncipe; del carnoso, voluminoso y prolongado miembro viril masculino, tragando toda la esencia blanquecina que salió de él cuando el final llegó.

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Sin poder contener el deseo, Vegeta recosto a la peli azul nuevamente en la arena y colocó ambas piernas femeninas sobre sus hombros y en esta nueva postura (y 3 más diferentes) hizo el amor con su esposa hasta muy entrada la noche.

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[Casi tres meses después]

-(caminando de una esquina a la otra de su cuarto): Bulma, quieres abrir ése endemoniado sobre de una vez?!

-(un tanto nerviosa): Ya lo hago, no me apures.

-(cruzando sus brazos y mirándola a los ojos): Éso dijistes hace una hora mujer!!

-(abriendo el sobre y leyendo su contenido, su cara palidecio): Estoy...  embarazada.

                    Fín.

INTERRUPCIONES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora