Dolor.
Eso era lo que reflejaba la carta que tenía frente a ella.
Un dolor que de seguro lo carcomía y lo persigue cada día de su vida, en cada momento. Un dolor profundo y severo que lo marco, lo marca y marcará.
No sabia que pensar sobre ello.
Ella nunca tuvo una vida difícil a tal grado, sus padres estaban dementes, su familia lo estaba. Una vida sin ellos se formó en su cabeza y una presión que la ahogaba se formó en su pecho, de sólo pensarlo le dolió el echo de no estar con ellos cuando esa persona lo vivió en carne propia.
Una necesidad incontrolable le hizo llamar a sus padres, tomo su teléfono y marco, necesitaba oír su voz.
Uno
Dos
Tres veces marco y nadie contestaba.
Le envío un mensaje a su hermana Ema para preguntar por sus padres y como resultado la llamaron.
- Hola? -
- Hola mi pequeño gusanillo, ¿Como estas? - pregunto Hana Black, su madre una mujer de cabellos negro y ojos cafés.
- Mamá!, ya te dije que dejes de llamarme así. Y estoy bien gracias, ¿Como esta todo por allá? - preguntó y una delicada sonrisa se formó en sus labios adorando oír la voz de su madre.
- Bien pequeña, disculpa que no te haya contestado antes. Creo que jugué mucho Candy Crush - Sí, su mamá estaba determinada en terminar el endemoniado juego. Era fan de la saga.
- ¡¿CREES HABER JUGADO MUCHO?! - Se escuchó gritar una voz ronca y potente desde el otro lado de la línea. Su padre, estaba más que segura que Jackson Wilson el hombre de cabello rubio y ojos verdes era el que gritaba histérico - NO ME VENGAS CON TUS LOCURAS MUJER!, ¡pasas todo el maldito día con el condenado teléfono en la mano por ese estúpido juego!. ¡No le creas Loo! -
- Ay! Ya Cállate Jack - le recriminó su madre a su padres para luego dirigirse a ella - No le creas mi pequeño gusanillo de jardín, esta viejo ya tiene problemas con la edad - una pequeña risa se escuchó al otro lado de la linea mientras escuchaba un gruñido por parte de su progenitor.
- Hola gusanito, regaña a tu madre -
- Hola papá - su sonrisa se amplio, ella adoraba a su padre. El día a día era más fácil con sus consejos, sus chistes y sobre todo su compañía - Mamá - le llamo.
- Sí? - dijo de manera inocente
- Sí no te puedes despojar un poco de ese teléfono no los voy a visitar este año - dijo de manera amenazadora y restante
- Eh!. No!, claro que no. No nos visitaste el año pasado, me rehusó al echo de no verte este año mi gusanillo - una risa suave salio de sus labios.
Sus padres estaban locos
- No te preocupes, intentare ir a casa -
- ¡NO! -Escucho rugir a sus padres al insomnio, se tuvo que apartar el teléfono del oído gracias a ellos.
- Tienes que venir Señorita - demandó su madre.
- Te dejare sin herencia, Señorita Wilson - amenazó su padre
- Bien, ya ver y papá. El echo que me dejes tu tan valiosa colección no me importa - dijo con notable irritación poniendo lo ojos en blanco.
- ¿Qué tienen de malo coleccionar gusanos?, tu antes me ayudabas así que no te quejes - y así la línea se corto.
Aparte el teléfono de mi oído y mire la pantalla oscura del aparato, no podía dejar de pensar en lo que el me había escrito. Sin padres, vacío, sin el amor de alguien que lleva tu propia sangre o mejor dicho de alguien que sin ella no se podría revelar su existencia.
El resto de la noche no pude dormir, pensaba en lo que había pasado. Mi cerebro no podía asimilar lo que había leído y no quería dejar el tema atrás.
Deje a mi familia para así salir adelante, sin ayuda de mis padres intento dar la talla día a día sin importar que, pero aun así ellos siempre están ahí para mí. No podría vivir sin ellos, son mi futuro, mi meta, mi objetivo es ser mejor que ellos.
Dejar tu sona de confort te hace ver las cosas de otra perspectiva, de otra manera que si no lo haces no sabrás de lo que hablo, luchar tu sola y aun así salir con heridas de la batalla es lo que hace alguien que no quiere seguir bajo la ala de sus progenitores, pero...
Si no hay progenitores por los cuales quieres salir del nido, sobrevivir solo en el bosque mientras les enseñas que eres capas ¿entonces cual es el objetivo de ser independiente?
Yo quiero probarme y demostrarle a mis padres que soy capas, que puedo ser mejor que ellos, pero alguien sin padres solo tiene un vacío incondicional. Bueno, eso supongo.
Al día siguiente me desperté con demasiado cansancio, estaba que no podía estar parada, no pude dormir de tanto pensar.
- ¿Aló? -
- Hola, buenos días señor. Nesecito informarle que hoy no podre ir a trabajar - dije con voz gallega, sin ánimos y tirada en la mesa de la cocina mientras intento no quedar dormida.
Diablos, esto me pasa por ponerme en los zapatos de alguien más.
Me pregunto ¿si... ¡NO! Ya vasta!, eh pensado mucho el él, ella... En lo que sea! Me duele el cerebelo.
- ¿Se puede saber porque señorita Wilson? - Escucho de la bocina del teléfono como el señor Thompson habla.
- Lo siento, no eh podido descansar bien y estoy realmente echa un asco. Podría ir pero usted tanto como yo sabemos que si no descanso por lo menos unas dos horas soy un desastre de persona - lo escucho suspirar de manera exagerada como si pidiera paciencia al más allá
- Ay, Loo. Bueno, pero que no se te haga costumbre el echo de "no descansar bien" porque si no te acusó de aprovecharte de tu bueno y santo jefe - una sonrisa se me escapa, el señor Thompson siempre será flexible, hasta sierto punto.
- Gracias señor, que tenga buen día - se despidió y termine la llamada.
Desayuno el complejo platillo de cereal con leche, como mientras estoy en mi limbo, ese hermoso sitio donde no hay maldad, no hay bondad; ese sitio vacío donde una persona está en un blanco total, no fui a la universidad así que tendría el día libre para descansar - aunque lo de la universidad fue un accidente, si tenia pensado ir - por lo tanto me tome mi tiempo para comer el día cuenco de cereal.
Al terminar, dejo el cuenco en la mesa y subo a darme una ducha.
Al terminar me visto con ropa cómoda y me tiro en la cama, cierro los párpados con la intención de dormir un par de horas, pero mi maldito cerebro me recordó el tazón de cereal.
Me levanto con el cansancio del mundo y me dirijo a la cocina, tomo el tazón mientras miro por la ventana
- ¿Qué demonios? - exclamó cuando vea a alguien poner algo en mi buzón y correr lejos del jardín de mi casa.
Con los nervios de punta, un bate en las manos y con un sueño que se fue al carajo me acerco a mi buzón, lo habría y encuentro....
Una carta.
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Cartas Anónimas
Ficção AdolescenteLoo Wilson, una chica de dieciocho años de edad recibe una carta de un desconocido con las iniciales de N. D. Cartas en las cuales él se expresa sin límites, dándole información sobre su vida privada a la chica que sin saberlo, la seduce con sus pa...