Capítulo 02
¿Tender una mano?
—¿Por qué todos nuestros hijos quieren dejarnos? —preguntó su madre apoyando la cabeza en el hombro de su papá.
—Debí haber construido un tercer piso para que tuvieran más espacio y no salieran corriendo apenas tener la mayoría de edad —se lamentó su papá.
Sabía que estaban fingiendo, era seguro que se sentían tristes pero también estaban felices por él y ese paso que se decidió a dar. Les sonrió antes de deslizar una llave sobre la mesa para que fueran cuando quisieran a su nuevo departamento.
Pasó meses buscando un lugar ideal, cerca de la universidad, de la casa de sus padres y del trabajo de Micah para poder ir por ella y salir a entrenar por las tardes.
Micah era su mejor amiga. Ese tipo de alma gemela que muy pocas veces se conseguía en alguien que no es de la propia familia. También era ese tipo de inspiración que lo animaba a seguir adelante pues ella, pese a todas sus dificultades personales, siempre estaba con ánimos, haciendo feliz a los demás.
Por eso era común pensar en ella cada vez que tomaba una decisión importante en su vida. Aunque todos sus compañeros se burlasen de él por pensar de esa forma, porque según ellos nadie podía llegar a tal extremo por una amistad.
Era una lástima que ellos no pudieran tener a una persona como Micah.
—¿Y esta tarjeta? —le preguntó su mamá tomándola rápidamente.
—Es una llave, para que vayan a mi departamento cuando quieran. Que me vaya de aquí no significa que desapareceré para siempre —les dijo obteniendo sonrisas orgullosas de sus padres—. Las puertas de mí departamento siempre estarán abiertas para ustedes... Igual traten de avisarme para limpiar un poco.
—Por supuesto, no queremos interrumpir nada —comentó su padre soltándose a reír.
—Sí, claro. Igual recuerden que tendré un roomie en algún momento, y no quiero que se sienta incomodo —les comentó y sus padres se vieron mutuamente con curiosidad antes de regresar a él.
—Y ese roomie ¿será una chica rubia? —preguntó su mamá guiñándole un ojo.
—No lo creo mamá. Ella tiene su propio departamento y no estoy a favor de sus mascotas —desvió la mirada para que no se dieran cuenta que podía sentir un poco de miedo por los ratones. Aún no entendía cómo podía agradarle más esa serpiente que tenía Micah que los dos ratones, es que el solo verlos le revolvía el estómago.
Se sacudió y sus padres soltaron risas contagiosas.
Iba a extrañar mucho ese ambiente en su casa. Pero también estaba seguro que ya era el momento de crecer sin ellos.
Después de esa amena plática con sus padres subió de prisa a la segunda planta para darse un baño rápido y continuar con sus pendientes del día antes de pasar por Micah y hablar.
Sabía que algo malo estaba pasándole, desde el tono de voz que usó al hablarle hasta las pausas que hizo entre palabras. Tal vez eso podía parecer muy extraño pero se conocían tan bien, aun grado que jamás llegó a imaginar, y que cuando sucedía algo le era fácil identificarlo.
Además, desde el incidente que tuvieron meses atrás, se habían vuelto aún más cercanos. Sobre todo porque ambos sufrieron de pesadillas sobre el evento. Tanto que tuvieron que acudir a sesiones con una psicóloga. Él, se podría decir que ya estaba familiarizado con ese ambiente, pero para su amiga había sido algo casi nuevo y al principio la notó incomoda, por ello fue que empezaron a entrar juntos y descubrió que Micah tenía constantes pesadillas en donde él siempre estaba convulsionando en el suelo.
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¿Juegas conmigo? (JASN Libro#4)
Roman pour Adolescents¿Juegas conmigo? Después de un suceso que cambió su vida alejándolo de su familia, Brandon se quedó solo y, aunque el tiempo pasó y todo volvió a la normalidad, él no ha olvidado que la única persona a su lado en los momentos más difíciles fue su pr...