-Mi Jefe- | Minhyuk Y Tu |

Capítulo 12

Sonó la alarma logrando así despertarme y corriendo me levanté de la cama para prepararme. 20 minutos después estaba en el salón desayunando y ya lista.

Mi móvil sonó por una llamada. Era Minhyuk. Lo cogí inmediatamente.

-¿Hola?. Contesté.

-Buenos días. Respondió en la otra línea.

-Buenos días.

-Te espero abajo. Costestó.

-OK. Y colgué.

Terminé de desayunar, recogí y salí de casa.

Me monte en su coche rápidamente, ya que llovía.

Lo saludé con un pequeño beso en la boca y luego dije:

-Buenos días, Minhyuk.

-Buenos días, princesa. Contestó.

-¿Nos vamos ya?. Demandé.

-Sí, claro.

Arrancó el coche y nos encaminamos hacia el trabajo, ignorando al mal tiempo.

Cuando llegamos a nuestro destino, aparcó justo frente al gran edificio y ambos bajamos abriendo así nuestros paraguas.

Cuando se posicionó a mi lado, suavemente agarró mi mano y seguimos caminando hacia dentro por la puerta principal.

Al entrar, fuimos directamente a los ascensores, pulsé el botón y a los pocos segundos las puertas de este se abrieron dejando salir a las personas que iban en el interior.

Ambos subimos y pulsamos el botón de nuestra planta al mismo tiempo, logrando así que nuestras manos se rozasen. Un pequeño escalofrío recorrió todo mi cuerpo ante aquel roce. Minhyuk sonrió de lado, al verme sonrojada. Ante eso, yo le dí un pequeño codazo.

Al llegar a la planta, salimos ambos a la vez y fuimos hacia su despacho. Él abrió la puerta dejándome pasar primero y luego entró él justo detrás de mí.

-Oye, creo que sería mejor que fuera ya a mi puesto... Dije tímidamente.

-Esta bien. Respondió.

-Ok, si necesitas algo, ya sabes...

-Sí. Respondió con una sonrisa.

Salí del despacho y caminé hasta mi escritorio. Al sentarme, Nayeon vinó corriendo desde donde etaba sentada hasta mi mesa. Y algo acelerada dijo:

-Oye, oye, oye. Ya puedes ir contando.

-Esta bien, tranquila. Respondió.

-Esta bien, esta bien.

-Minhyuk y yo salimos anoche, y...

-¿Y...?. Preguntó.

-Y nos besamos. Solté.

Nayeon se puso una mano en la boca y preguntó:

-¿Y no pasó nada mas?, ¿enserio?.

-No, nada mas. Respondí algo avergonzada y siendo consciente de a lo que se refería.

-Jo, tía, que aburrimiento.

-Oye, ¿y tu que tal con Jooheon?. Pregunté curiosa.

-Pues..., super bien. Cenamos, charlamos, me llevó a su casa...

-Ok, mejor no sigas por ahí. Dije alarmada. No quería detalles que pudiesen perturbar mi mente por las noches.

Nayeon rió haciendome reír a mí tambien.

El resto de la mañana fue bastante tranquila y la tarde lo mismo. Minhyuk me mandó una torre llena de papeles para ordenar. Hoy al parecer me iría mas tarde a casa...

-Dios... Dije llevándome las manos a la cara por la angustia. Estaba cansada. Muy cansada.

Incluso cuando ya todo el mundo se había ido, yo seguía ordenando papeles y papeles. Bueno, en verdad si que quedaba una persona en la empresa aparte de mÍ: Minhyuk...

-Terminé. Dije dejando toda la montaña de papeles recien ordenada sobre la mesa de Minhyuk.

-Perfecto, gracias. Respondió.

-¿Me puedo ir ya?. Pregunté.

-No, hay algo mas que quiero que hagas por mí antes de irte. Dijo.

-¿Y que es?.

-Esto. Dijo levantándose de su silla y dirigiéndose directamente hacia mí.

Me cogió de la cintura y me acercó completamente a él. Yo me agarré de su cuello. Ambos juntamos nuestras bocas en un beso necesitado. Ansioso. Apasionado.

Minhyuk me alzó y luego me posó en el escritorio, retirando al mismo tiempo las cosas de esta.

Abrí mis piernas dejándole espacio para que se posara entre ellas y yo me aferré a su espalda.

-Minhyuk. Gemí cuando noté sus labios recorrer mi cuello.

-Quiero hacerte mía. ¿Puedo hacerte mía?. Susurró suavemente en mi oído izquierdo.

-Sí. Solté.

Comenzó recorriendo mi cara con sus manos, luego bajó por mi cuello, donde se encontró con la cremallera de mi chaqueta. La cual bajó despacio hasta quitármela. Luego continuo con mi camisa, la cual me quitó y lanzó a saber donde. Continuo bajando hasta mi abdomen, el cual acarició con mucha delicadeza...

-Eres perfecta. Dijo en mi oído.

Siguió bajando sus manos por mis pantalones. Me los quitó como todo un experto, gracias a la posición en la que nos encontrábamos y también los lanzó. Volvió a besarme y yo le seguí.

Dirigí mis manos para quitar su camisa y luego sus pantalones logrando así verlo desnudo. Era totalmente perfecto, su abdomen bien marcado y su amiguito despierto abajo...

Me quitó despacio mi sostén, y luego mis bragas. Y después yo terminé de desnudarle bajandole los boxers. Sacó un condon e su bolsillo y se lo colocó.

-Espera. Dije

Me miró confundido y seguí hablando:

-Yo nunca he...Empecé a decir.

-No te preocupes princesa, seré delicado. Respondió con una tierna sonrisa en sus labios.

-Esta bien. Dije.

Se acercó de nuevo a mi, colocó su miembro en mi entrada y al oído me preguntó:

-¿Lista?.

-Sí. Dije segura.

Despacio se introdució en mí.

Dolía como el infierno, por eso, me aferré a su espalda y él a mi cintura.

-¿Estas bien?. Preguntó.

-Sí, muévete. Respondí.

Y así comenzó a moverse, al principio dolía pero luego le cogí el gusto. El dolor se convirtió en placer. Tanto así que ambos gemíamos inundando el ambiente con estos mismos. A mí me gustaba y a él le gustaba. Era perfecto.

-¡Me gustas mucho, princesa!. Gimió en mi oído.

-¡Y tu a mí!. Gemí también en su oído.

Cuando ya casi terminaba, gemí mas fuerte y dije:

-¡Ya casi llego!.

-¡Y yo!. Respondió.

A los pocos segundos mis flujos y los suyos salieron a la misma vez y un último gemido por parte de ambos se escuchó por toda la habitación.

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                              BYE