Después de todo...Todos los recuerdos de mi cabeza acabaste creando toda esta devastación la cual convertiste en un juego en el que el protagonista soy yo todo prisionero, prisionero de todos estos sentimientos y recuerdos que para ti se convierten en un juego y lamentablemente no puedo desconectar.
Todo lo que sucede en mi cabeza, todo lo descrito en esta historia y todo lo que sucede y todo lo sucedido es a raíz de tu partida, no te cansaste de causar estragos y sufrimiento en mi.
Lo que no supiste es que me quede solo, encerrado mientras gritaba desolado...
Gritaba una y otra vez golpeando a la pared que tenia de frente, rogando desconectar y salir de esta partida la cual tienes el control y disfrutas sin lastima alguna.
Te descuidaste por desgracia porque como en todo juego sucede, vas subiendo de nivel. En este caso subir de nivel me hacía con el tiempo más intacto...Más vivo... Más fuerte...
Todas esas heridas de mi vida las cuales tu convertías en derrotas de tus partidas se abrían en mi y sangraban una y otra vez a la misma vez que resistía el dolor, sin embargo de lo que tampoco fuiste consciente es que al igual que en los juegos, resucitas, revives, consigues vida...
En mi caso yo aprendía a curarme mis heridas.
Las reglas las rompo, ahora tendré el control de tus partidas y no podrás controlarme. Aprovecharé tus jugadas para sobrepasar los límites del juego y ser libre.
No quiero seguir jugando a tu juego y dejar de perder por temer. Aún estoy vivo y tus estrategias no te servirán, seré yo el que decida que hago.
Duele verdad...Te duele esta partida, que corrompes y necesitas anestesia.
Se desangra tu mente por tanta amnesia.
Tuviste la culpa y lo convertiste en el mayor error que pudiste cometer. Todo ha terminado.
Fin de tu partida.
